viernes, 25 de noviembre de 2022

La nostalgia duele (VIII): Xenoblade Chronicles


Atención: Este Nostalgia duele, contiene a lo que a juicio de unos cuantos pueden considerarse spoilers de la trama, ya que se menciona elementos tonales de la misma con ciertos detalles, así cómo el carácter de varios personajes en la misma, incluido el jefe final. Si entras a leer, queriendo jugarlo, pero sin saber estos detalles, es tu responsabilidad.

Hay momentos donde ciertas obras llegan a nuestra vida y dejan un fuerte poso en nosotros. Una de ellas al menos para mí, fue la segunda entrega de la saga Fable. Uno de esos videojuegos de finales de los dos miles, que consiguió hacerme sentir interés por los ARPG y que junto con mi querido Oblivion, abrieron mi mundo. Por aquel entonces aunque la economía andaba algo mejor, no es que lleváramos el tren de vida, que llevamos ahora, por lo que seguía siendo habitual aprovechar para exprimir determinadas obras o bien rejugarlas, así que durante algunos meses, me dedique a disfrutar a la par que escudriñar estos videojuegos. Sin embargo el tiempo inexorable, fue pasando muy lentamente y con todo nuevos videojuegos llegaron para también reclamar su espacio, por lo que estas obras fueron poco a poco quedándose como un lejano recuerdo, al menos, en el caso del título de Lionhead Studios, ya que la obra de Bethesda, si tuve el placer de jugarla antes. No sería hasta este mismo año, que decidiría darle una oportunidad a ese juego que consiguió encandilarme por aquel lejano 2008 y el resultado fue bastante mixto...

No os mentiré, Fable II, no es mala obra, no lo fue en su momento ni lo es ahora, pero aun así, al evolucionar nosotros, el juego ya no se siente igual, ahora se siente más torpe, más perenne, más estanco. Cosa muy diferente a cuando lo jugabas en su momento, que generaba sensaciones muy distintas, pero también porque el mundo del ocio electrónico y sus avances, para nada estaban al mismo nivel que se encuentran ahora, lo mismo podemos aplicar a nuestra percepción, que ni de coña es igual a lo visto hace 14 años... Por eso siempre que retrocedemos atrás, muchos videojuegos te obligan a utilizar el contexto, porque si no, probablemente te sientan tan bien, como la más desagradable de las sensaciones. Pero esto tampoco es justo para el consumidor, que siempre tiene que ceder mucho de sí mismo, para disfrutar una obra, que quizás, ya no esté a la altura de lo que se esperaba de ella, puesto que al igual que pasa el tiempo para nosotros, lo pasa para otras cosas. Por mucho que a algunos les duela, con los videojuegos pasa igual. Paralelamente en los albores de este blog, escribí un análisis bastante escueto de lo que me había parecido la segunda entrega de Xenoblade, porque había conseguido decepcionarme y mientras redactaba siempre pensaba en el juego anterior, en las palabras que había escuchado sobre él, en la leyenda que giraba a su alrededor y quería jugarlo para ver si lo que se decía era fidedigno o no.

No sería hasta este mismo año, con la imperiosa necesidad de acabar el título original, para ponerme con el cierre de la trilogía, cómo acabaría pasando por uno de los juegos a mi juicio más sobrevalorado por el público medio amante del género. Ya sea por su legado, ya sea por lo que resultó en el momento de cuando muchos lo jugaron o directamente cómo a través del boca a boca, acabó terminado envuelto en toda la parafernalia que rodea ahora a la obra. Porque unos cuantos nos quejábamos de esto con Xenoblade Chronicles 2, pero aquí es muchísimo peor, el cómo de grande está considerado... Con todo Arald, ya me aviso en su momento y aunque hay muchas cosas que comparto de lo que ya dijo. Para mi y sin servir de precedente, Xenoblade es el Fable II de muchos, tanto para bien como para mal, pero antes de que me funeis, toca desarrollar la idea en texto, un poco más...

¿Preparados para acompañarme en esta triste historia?

domingo, 13 de noviembre de 2022

Final Fantasy II: Cuando el Rol de mesa y el JRPG se dan la mano


Atención: Este análisis se fundamenta en la versión de GBA del título que hoy nos ocupa, por lo que aunque se mencionan otras versiones, me centrare en el balanceo y disposición de esta. Además aunque no de manera intencionada, ni directa, hay algunas menciones a determinadas partes del juego, cómo el final, que para algunos pueden ser consideras spoiler, así que si lees el texto, es bajo tu propia responsabilidad... 

Creo que lo he dicho en más de una ocasión, me flipan los juegos de rol de mesa. Me fascina esa simbiosis narrativa y mecánica que poseen, así como las posibilidades que ofrecen tanto a los jugadores cómo a los directores de juego creativos, así como la maleabilidad que tienen o las posibilidades de diseño que despliegan permitiendo a cualquiera que conozca el sistema, hacer modificaciones. Esto hace que aunque si bien existan una serie de normas escritas, sean los participantes los que poco a poco construyan su propio universo en torno a ese sistema u historia, conformando su propia visión del medio. Durante mediados de los 80, si bien en España estaban empezando a arrancar, el rol con dados, papel y lápiz, era prácticamente inexistente en las tierras del sol naciente, una suerte de producto extranjero mal traducido o directamente en un lenguaje angosto para el japonés medio, con todo, una suerte de ocio, que parecía que no tenía cabida, para la mayoría de gentes del lugar, exceptuando para un joven soñador, para Akitoshi Kawazu...

Aunque hay pocos que conocen a la figura de Kawazu, hoy es una leyenda dentro del JRPG, especialmente dentro de SquareEnix, convirtiéndose en una de las figuras más interesantes, pero tapadas dentro de la misma empresa, una suerte de señor que aunque aprendería a picar código, centraría su labor más en hacer sentir a los jugadores ese sabor tan occidental que pretendían transmitir obras como Ultima, a la par que intentaba construir mundos donde aún con unas bases claras, el jugador fuera protagonista, siendo este, el que llevará la batuta, decidiera a donde ir, a quien reclutar o que hacer, cómo en ultima instancia, empezaría haciendo la archiconocida franquicia Dungeons & Dragons, de la cual el creativo quedaría enamorado, tras pasar horas leyéndola, jugándola y traduciéndola a su idioma natal, cuando nadie por esos lares, daba un duro por ella. Pero si bien Akitoshi en ciertos circulos se ha convertido en toda una eminencia, por aquel entonces solo era un currito más, dentro de una empresa, que tuvo la suerte de no caer en banca rota, gracias a su fantasía final. Un título donde nuestro querido rolero, entraría a pies juntillas, bajo ordenes de Sakaguchi y con un papel circunstancial.

Sin embargo, las tornas cambiarían con el videojuego que nos ocupa hoy, que provocaría toda clase de discusiones entre por aquel entonces joven diseñador y el influyente director del primer Final Fantasy, permitiendo a un joven Kawazu, ocupar un papel más relevante, en determinadas cuestiones de guion y diseño, permitiéndole no solo brillar a los ojos de sus semejantes, sino, además empezar a ocupar un lugar en la empresa, con puestos de mayor responsabilidad, a la par que le permitiría explotar sus propias ideas, a base de una franquicia muy interesante a la par que experimental, que no deja indiferentes a aquellos que la juegan. Me refiero nada más y menos que a la serie de SaGa. Un conjunto de juegos que explorarían más esa faceta rolera y que colocarían al por aquel entonces novato escritor y productor en la mente de miles de personas, que por aquel entonces, ni sabían quien era. Sin embargo y como ya he adelantado, hoy no exploraremos esa franquicia, lo que haremos será retrotraernos a la semilla de todo, a una suerte de juego vilipendiado por muchos de los fans acérrimos, a una obra que con todo es capaz de sorprender a la par que maravillar si se mira desde el prisma adecuado y que pese a sus menos, a día de hoy sin ella, no tendríamos todo el conglomerado que tenemos hoy de entregas de la saga principal de Final Fantasy.

Sin más dilación toca sumergirse en todo lo que tiene que ofrecer esta curiosa entrega ¿Preparados para uniros al ejercito de la rosa salvaje?

lunes, 31 de octubre de 2022

Mis disculpas a Resident Evil 4


En la vida, se nos suele vender de diferentes maneras, que la primera impresión es crucial para relacionarse con el entorno, ya que esta nos da una idea de cómo funciona el mundo, de sí algo nos va a maravillar u horrorizar para luego actuar en consecuencia. Si algo nos choca tras verlo por primera vez, lo dejamos de lado, si esa persona que nos presentan no parece muy allá, damos carpetazo y listo, si ese juego que la gente nos vendió también luego no resulta ser muy allá, lo abandonamos, para luego fingir que no existe y si eso, ya lo jugaré, cuando realmente me apetezca (Es decir, nunca)

Guardo muchísimos buenos recuerdos del tercer Resident Evil, de sus calles, de sus puzles, de sus infectados, incluso de Nemesis. Es especial para mí, por el momento en el que lo viví y junto con quien lo viví. Aunque Resident Evil 5 no es muy allá, supuso muchas tardes en casa de un colega jugando al modo mercenarios con más amigos y aunque el primer Resident Evil, lo termine de forma más privada, aún guardo anécdotas de intentar pasárnoslo en una Nintendo DS del demonio, sin embargo de la cuarta entrega lo único que recuerdo es desidia. La primera vez que la afronte, fue a raíz de comentarios de compañeros de clase que lo habían catado, por lo que cuando le intenté dar se me hizo pesado porque no se parecía en nada a lo visto en otros juegos. Años después intenté darle otro try, pero ya había salido la quinta entrega, por lo que tras jugarla, la historia de León, se me antojo torpe y pesada, ni hablemos ya, cuando jugué Resident Evil Remake en mi Gamecube y volvieron viejas sensaciones...

Así que el tiempo transcurrió y mi vieja copia del juego para el cubo de Nintendo, seguía ahí esperando de una vez a ser catada, pero los malos recuerdos se agolpaban y siempre volvían en forma de frustración, al solo pensar lo que supondría el ponerse a los mandos una vez más. Sin embargo también había cierto gusanillo carcomiendo mi interior, porque no solo el remake se acercaba inexorablemente, sino que Andrei, me hablaba genial del juego y lo que estaba suponiendo para él, así como la historia de superación que había detrás. Así que ni corto ni perezoso, procedí a darle una oportunidad como dios manda, a intentar terminarlo de principio a fin ni que sea una vez en toda mi vida, por lo que está entrada es plasmar resultado de ello, si no os vale, con un resumen chorra de casi dos minutos...

¿Preparados para sumergiros en la España profunda?

sábado, 22 de octubre de 2022

¿Es tan malo? (VI): Back 4 Blood


Se suele decir, que las comparaciones duelen, que lo mejor a la hora de redactar análisis, hacer reviews audiovisuales e incluso en el día a día, es mejor tratar a las cosas como son, sin darles segundas vueltas ni ponerlas frente a otras, pues no tienen porque ser iguales, ni merecen los mismos apelativos, sin embargo, es muy difícil, en la mayoría de ámbitos, no decir algo, ni analizar algo, sin utilizar un referente como guía, es más, como ya dije una vez, es muy complicado no crear sin tener un modelo de algo establecido previamente que nos funcione como pilar base, al menos durante los primeros compases de desarrollo de la idea. Tanto es así, que tanto este espacio, como muchos otros no existirían sin la influencia de terceros, mucha de la industria del cine, no existiría sin capas y capas de directores, guionistas o trabajos que vinieron detrás, pero sobre todo muchísimos videojuegos no tendrían razón de ser, sin todos los que estuvieron antes y Back 4 Blood es uno de ellos.

Ya he dicho en innumerables ocasiones lo que Left 4 Dead, sobre todo su segunda entrega, significo para mí cuando era más joven, hasta el punto que le metí cerca de las 1000 horas en su versión de sobremesa. Pero no fui el único, centenares de personas sintieron lo mismo, enfrentándose a su versión de Steam o directamente con ambas, mi hermana por ejemplo es una de ellas. Y es más, aunque en lo técnico, se más, diría que es ella, quien de verdad domina el juego, le ha metido más horas que yo y acabó siendo clave en su posterior gusto por todos los juegos con temática FPS, militar o todo combinado. También es el caso de la propia Turtle Rock que vive a la sombra del titán que crearon, intentando una y otra vez, variar su formula, manteniendo la base, sin apenas éxito. Entre todas los intentos, han intentado acercarse de forma más pura a la formula, con un éxito moderado...

No os voy a engañar. Venía con las expectativas por los suelos, ya tuve un primer contacto con el juego nefasto, a finales del año pasado, aunque el nuevo título mantenía la esencia, con tal de contentar a unos cuantos metía tantas cosas que literalmente patinaba con la experiencia y solo era el primer acto de cuatro que quedaban por venir. Dropeé el juego, el tiempo paso inexorable, hasta que fue en un Carrefour tirado de precio donde mi hermana, adquirió el juego para su flamante PS5, así que ni corto, ni perezoso, tocó reinstalar el juego gracias al Game Pass para darle una segunda vida, viendo si de verdad merecía toda la ponzoña que le tiré en su momento o solo era producto de mi hype hiperdimensionado, hoy me toca transmitirlo por aquí, a ver cómo ha acabado el resultado.

¡¿Preparados para salir a explorar fuera de los confines de Fort Hope!?¡Porque yo sí!

domingo, 16 de octubre de 2022

¿Injustamente olvidados? (VIII): Iru!


Alerta: Debido a la naturaleza de Iru! así como sus referentes y la manera en que se encuentra diseñado, es imposible hablar de él sin caer en algún otro detalle que se podría descubrir llegando virgen a la experiencia. Si lees más allá de este punto, que no digas que no te he avisado...

La figura del referente, es muy importante en la creación de contenido, diría que hasta en los ámbitos más básicos de la vida. Sin un modelo es muy difícil conformar valores, encauzar determinadas acciones e incluso diría que desarrollar ciertos elementos de la persona en los primeros compases de cualquier tarea compleja. En el campo de la escritura, donde nacen y mueren miles de autores a diario, hay una figura que se destaca sobre todas las demás: H.P. Lovecraft. El autor estadounidense no solo fue un curioso exponente que logró tener algo de repercusión en su momento, sino que además conforme han ido pasando las décadas ahora es toda una eminencia, viéndose su legado en infinidad de títulos, películas o escritos. Fue maestro de otros grandes como Stephen King, influencia de gente tan respetada como Hidetaka Miyazaki e incluso a pie de calle si preguntas más de uno o una, le suena al menos su nombre.

Pero lo cierto es, que hace varios lustros las cosas no eran exactamente igual, especialmente en tierras niponas, donde aunque lo occidental cada vez tenía más cabida, no tenía una presencia tan directa, los referentes no estaban tan claros y por supuesto, utilizar determinados elementos tonales de forma tan clara, resultaba de todo menos eficiente. Tanto fue así, que aunque hubo cientos de historias que los emplearon, directamente no llegaban a nuestras tierras y cuando lo hacían tenían un capa de censura por encima. Esto consiguió que cada fueran más y más historias las que acabaran enterradas en los albores de la historia, por toda clase de motivos, que provocaban una mueca de horror en la mente de miles de editores, que tenían que dejar entrar todo tipo de productos, que quizás horrorizarían más a determinados sectores que a los consumidores en sí. Entre toda esa vorágine, está el videojuego que nos ocupa hoy.

Una de esas obras, que más que hecha por una empresa profesional del medio, parece hecho por unos fans empedernidos de la obra del famoso autor de Providence. Título que no esconde en ningún momento sus orígenes y que por supuesto está ligado al tiempo y al lugar donde fue concebido. El "Eso" Japonés o simplemente conocido como Iru! un videojuego que quizás, sin ciertos factores externos yo ni conocería y mucho menos os estaría trayendo aquí y del que pocos portales webs se han hecho ni siquiera eco, uno de esos productos, que por su naturaleza, sin la magia de internet, jamás hubiéramos podido atisbar... ¿Aunque merece la pena o no? Hoy lo descubriremos...