El videojuego como vía de escape

Hace más de un año, nuestra forma de ver la vida, dio un giro de 360 grados, con la llegada de la pandemia global a nuestro día a día. Millones de personas encerradas en sus casas a las que se les caía el techo, sin nada más a lo que aferrarse que no fuera intentar dejar la mente en blanco con actividades que les permitieran evadirse, ponerse en forma o por lo menos hacerles el tiempo más llevadero. Entre todas ellas, las que más destacaron fueron los propios videojuegos.

Muchos ríos de tinta se han escrito sobre juegos que nos ayuden a pasar duros momentos, que simplemente nos permitan evadirnos de la realidad, haciéndose especial hincapié en los que ayuden para el momento que he comentado, que lejos de desaparecer completamente siguen permeando la actualidad. Sin embargo, la función evasiva, que tiene nuestro medio es inherente a él, junto con la mayoría de sus títulos de una forma u otra, pero es ahora cuando vivimos lo que vivimos que de verdad nos paramos a apreciar lo que eso significa y buscamos determinadas obras que por su ambiente, mecánicas, tramas o todos estos elementos combinados consigan propiciar un remanso de paz, donde este más en alza, el confort que la violencia.

Consideramos a obras como Animal Crossing, Stardew Valley o Slime Rancher, cénit de esta nueva formula, de este nuevo espacio comfy, de ese remanso donde perder horas y horas de tiempo donde dejar de sentir que el mundo se nos echa encima; pero como ya he dicho existe mucho más, ya que desde se creo, nuestro ocio ha estado muchas veces supeditado a ser considerado como juguete en el peor de los casos o como un medio más de entretenimiento en el mejor. Eso permite que aunque catárticas, no necesitemos acudir a las obras más contemplativas ahora en boga, para obtener el mismo resultado, y que hasta el juego más contraindicado sirva como remanso de paz, si sabemos buscarlo.

¡Bienvenidos a los videojuegos como vía de escape!

¿Qué tienen en común Genshin Impact y Minecraft? Sí, ambos son videojuegos, pero más allá de eso, cualquiera diría que son de géneros muy diferentes, con modelos de pago o consumo radicalmente opuestos, tonos, junto con desarrolladores muy diversos, que poco o nada tienen en común, pero sobre todo están orientados para tipos de jugadores muy diferentes en primera instancia. Y si, eso es lo que uno podría pensar sin estar errado en su concepción, sin embargo si he escogido sendas obras, es porque hay más allá de lo que podría rascarse a simple vista. He consumido bastantes horas en ambos títulos, no para poder considerarme un verdadero erudito en ellos, tampoco era esa mi intención en un primer momento. Si me acerque y me sigo acercando a los dos, es por motivos puramente lúdicos, donde me centro más en disfrutar lo que juego, que en dominar sistemas, reglas o trucos, consumo directamente por y para mí, sin nada más en mente que pasar el rato.

Mientras la obra de Mojang, si se presta más a ser un espacio que moldear a gusto del consumidor, pudiendo ser desde un remanso de paz a una completa obra de ingeniería. El Free-to-play de MiHoYo se centra más en explotar sistemas, tener personajes con sus correspondientes sinergias entre ellos, pero sobre todo aprovechar el entorno, y aquí es gracias a la exploración, combinada con las diversas actividades breves, donde al menos para mi, muestra todo su potencial. Pero esto no solo atañe a estas dos obras, si no, a cualquiera que cumpla una serie de condiciones para nosotros, pero sobre todo nos sirva como un espacio donde realmente abstraernos y sentirnos seguros, donde podamos jugar a nuestro ritmo, sin sentirnos presionados, pero sobre todo un lugar que nos invite a volver en cualquier momento.

Desde mi percepción, considero a determinados géneros más propensos a ello, donde exista el reto, pero no sea el centro de la experiencia, donde incluso el placer de consumir la obra, se pueda hacer paralelamente a otra actividad (como escuchar música o podcast, por ejemplo) y aunque desempeñemos tareas en primera instancia, más artificiales o repetitivas, nunca suponga un lastre, porque el juego las haga lo suficientemente atractivas, para al menos invertir una o dos horas, sin cansarnos. Existe la posibilidad incluso de invertir más tiempo en la obra de forma seguida, pero en mi caso particular, en esos momentos la experiencia pierde enteros, dinamitando mi interés en el proceso, por lo que cuanto más ligera de consumir sea la obra, mejor.

Aunque como ya he comentado antes, esto no tiene porque ser así, hay gente, que busca obras, que simple y llanamente no ocupen un pequeño espacio de forma eventual, si no, que lleguen a mucho más, que les mantengan ocupados en altos lapsos de tiempo que tengan disponible, ayudándoles a desinhibirse o abstraerse de lo acontecido o algún suceso difícil de olvidar. Que los sumerjan en historias que los atrapen, manteniendo el interés por volver, además de contenido lo suficientemente atractivo, para sentir que se esta haciendo algo remarcable en el proceso.

Y esto realmente importante, porque aunque con el paso del tiempo, siempre hemos ido considerando a la vez que exigiendo que los videojuegos superan cotas más altas a nivel narrativo, grafico y mecánico, entre muchos otros. Pero nunca nos hemos parado a parar que representan a nivel de tiempo, que lugar ocupan en nuestra memoria o que necesitamos para sentirnos a gusto consumiendo un videojuego, más allá de la mera diversión... Queremos juegos más grandes, mejor construidos o más vistosos, pero no nos paramos a pensar que necesitamos verdaderamente a la hora de consumirlos en cada momento, porque aunque a veces queremos disfrutar de lo más nuevo o de lo mejor, otras sencillamente, queremos sentarnos a jugar, disfrutando el rato, mientras el tiempo pasa.

Algo que de niños hacíamos constantemente con cada obra que pasaba por nuestras manos, que nos hacia disfrutar, convirtiéndose en cierta medida en nuestro pequeño espacio, en el que echábamos horas y horas, sin preocuparnos por nada a nuestro alrededor que no fuera ese sistema a batir, esa aldea a explorar, esa historia a desentrañar o esos conjuntos de pixeles que formaban personas con las que empatizar. Ahora estamos tan centrados en devorar lo que consumimos o ver cada pequeña arista con detalle, que nuestra forma de disfrutar los videojuegos, ya nunca será en parte igual, porque incluso aunque nos abstraigamos, los sistemas ya no funcionan igual, nuestra manera de consumir ha cambiado a peor...

Estamos tan centrados en lo inmediato y en lo que esta por venir, que nos somos capaces de detenernos ni cuando se supone que estamos desconectando, bombardeados siempre con lo próximo, que hemos olvidado como pararnos a contemplar, o lo que se siente en sentarse a ir disfrutando de la experiencia, lo que es sentir placer por el mero hecho de necesitarlo, de ser uno, con los personajes o con la trama que nos están contando o de disfrutar de tanto las  diversas mecánicas como actividades que nos propone el titulo. Esta claro, es evidente que tampoco podemos exigir que todos los juegos que pasen por nuestras manos nos inviten a estas sensaciones o nos las produzcan, pero tampoco tenemos porque rechazar todas las experiencias que nos inviten a verlo todo de forma más pausada o relajada, funcionen como catalizador de emociones más positivas, o su único propósito sea entretener, sin más artificios de por medio. Porque al igual que pasaba con la dificultad, como se obtenga esa abstracción depende de nosotros y del titulo al que nos enfrentemos, sin tener que menospreciar las sensaciones de los demás con sus propios espacios.

Debemos aprender a buscar nuestras propias válvulas de escape, dentro de los limites que nos demarca el propio ocio, ya sea audiovisual o no, pues estoy seguro de que como muchos sabéis, enfrentarse a la rutina, es algo que aunque tengamos la motivación para ello, no siempre somos capaces de afrontar de la misma manera, llegando a situaciones en las que necesitamos descargar nuestras frustraciones, evadirnos de malos momentos o desconectar de nuestros problemas actuales. Y aunque la buena lectura, el cine, o diversas actividades ayudan, no hay nada mejor como llegar a casa cansado una tarde, encender la consola y simplemente disfrutar.

Pero todo tiene un final ¿no? Sandbox o juegos de mundos abierto, pueden entretenerme durante decenas de horas, pero llegara un punto que habré terminado todo lo que tienen para ofrecerme. Por mucho que le dedique cientos de horas a determinados juegos catárticos, en cierto momento ya no podrán aportarme nada, que ya, no hayan hecho antes. Por no hablar de los juegos como servicio, que algunos requieren largos tiempos de espera para contenido que me sabe a poco, después de todo lo que ya he recorrido... ¿Entonces que hacemos? Para todos estos casos, lo mejor es dejar reposar lo que ya hemos vivido a través de todas experiencias y aunque nos cueste dejarlas marchar, hasta que nos sintamos preparados para volver a ella en el futuro o bien empezar con otra, que pese a sus similitudes tenga algo que aportarnos, ya sea a nivel emocional o cultural.

Apresurarse nunca es bueno y si una obra, nos ha tenido tantas horas sentados a sus mandos, es porque hemos podido conectar con ella a uno o varios niveles incluso, por lo que forzar la entrada en otro titulo o en el mismo, para replicar esas sensaciones pasadas, no solo no tendrá un efecto inverso en nosotros, si no que además, hará que esta de una manera u otra nos sepa a poco, al tener todavía todas esas emociones previas tan recientes. Solo recomendaría volver a un videojuego superado, si de verdad nos ha gustado, aún queremos transitar por su mundo o directamente la pantalla de créditos, no significa el final del camino para nosotros y nuestros héroes. Esto permite que la rejugabilidad o consumir otros títulos, nazca por verdadera necesidad y no por imposiciones, presión mediática, hype desmesurado, pudiendo no solo invertir nuestro tiempo y dinero de forma responsable, también permitirnos tomarnos esto del "gaming" con mucha más calma, disfrutando de lo que consumimos.

Por otra parte, como ya he dicho, el hecho de jugar a lo que queramos, cuando de verdad nos lo pida el cuerpo, no solo nos hará, disfrutar mucho más de nuestro medio y de cada videojuego que pasa por nuestras manos, además conseguirá que consigamos nuevas apreciaciones del mismo, que antes pasamos por alto, incluso que algunos juegos que antes nos causaban horror o directamente nos dieran una impresión negativa, ganen un matiz totalmente nuevo, llegando hasta agradarnos, cuando de verdad estamos dispuestos a darle la oportunidad que se merece, bajo adecuadas circunstancias para nosotros, aunque para ello tengan que esperar determinado tiempo, en nuestras estanterías ya sean físicas o digitales. Porque no es lo mismo comprar un juego victima de las tendencias, para posteriormente no ser lo que queríamos y desecharlo, que comprarlo por interés, esperar al momento adecuado para disfrutarlo como se merece, cuando realmente nos encontremos preparados.

Y si no, que se lo digan a los chicos que conforman el foro de PatientGames, que desde que afrontan los videojuegos desde una perspectiva más relajada, más centrada en disfrutar de cada cosa que consumen, alejados de hype o tendencias, disfrutan mucho más del ocio que nos ocupa, pudiendo alcanzar una satisfacción más plena y con ella, una visión mucho más cercana a lo que sentíamos muchos, sin nostalgia, ni pretensiones de por medio, como cuando éramos más jóvenes...

Como con todo, ya depende de cada uno, establecer su contacto con los videojuegos, el seguimiento de los mismos y que esta dispuesto a hacer con este ocio de ahora en adelante, si quiere seguir dentro de la maquinaria que conforma, toda esta rueda que mueve la industria o solo quiere ir poco a poco, tomando con calma cada paso, disfrutando de los videojuegos cuando quiere y puede, hasta incluso poder llegar a utilizar algunos como abstracción o escapismo de su día a día de forma abierta, con menos temor a lo que dirán los demás.

Yo por mi parte, seguiré haciendo lo que pueda por disfrutar, por llegar a este objetivo, que aunque a veces complicado, no imposible, porque los ratos en los que he estado, simplemente dejando pasar el tiempo, en algunos de esos mundos, menos por el afán de terminar, y más por disfrutar de lo que estoy haciendo o me están contando, es simplemente impagable para mi. Porque aunque no conecte con todos los videojuegos de la misma manera, cuando de verdad lo consigo y cuando siento que a lo que estoy jugando lo merece, no me importa estar las horas que estime perdido por esos lugares, que posteriormente guardaran un lugar especial en mi memoria.

Quizás sea Animal Crossing, Minecraft, incluso juegos como The Witcher o Skyrim, entre muchos otros. Pero a la hora de la verdad, si han significado algo para vosotros, tomáoslo con calma, disfrutad de la experiencia, pero sobre todo no os olvidéis de volver, porque aunque no lo parezca, estoy seguro de que os recibirán con los brazos abiertos, allí donde vayáis, aunque solo sean las gentes de un simple producto de ocio digital...