No More Heroes III

Takashi Miike puede en principio parecernos desconocido, pero es uno de los directores de cine más prolíficos del panorama nipón. Con producciones apocadas a la acción directa, otras al drama e incluso actuaciones teatrales, es innegable que calidad aparte, el creativo japonés es un todoterreno que no solo ha tocado el séptimo arte, incluso ha explorado otras áreas como pueden ser el teatro o la televisión. Como queriendo seguir su estela otro creativo del país del sol naciente, también ha sido todo un prodigio en cuanto a experimentación se refiere, pero más enfocada al ámbito de los videojuegos, me refiero a nada más y menos que al archiconocido como Suda51 o Goichii Suda, responsable de géneros tan dispares como aventuras graficas, runners o incluso Sandbox de acción, hack and slash o shooters sobre railes. Pero de todos y cada uno de ellos, si alguno que se destaque e incluso se recuerde con cariño es el primer No More Heroes.

Las aventuras del Otaku Asesino, han sido una constante en el desarrollador y su empresa desde su lanzamiento para Nintendo Wii, porque aunque hemos seguido teniendo esa constante de exploración en la carrera del directivo, la marca asociada a Travis Touchdown, siempre ha estado presente de una manera u otra, ya sea con juegos que parten de un concepto similar (Como Killer is Dead) a juegos que le hacen referencia, pasando incluso a infames Spin-offs que acabarían siendo canónicos (Véase Travis Strikes Again) Por lo que negar que esta franquicia está muy anclada a la presencia de Suda51 sería de todo, menos viable. Y como no, tras 11 largos años (Un par si contamos, la entrega intermedia) por fin tenemos una supuesta tercera entrega con todas las de ley, esta vez más ambiciosa, más absurda, pero sobre todo igual de divertida, que hará las delicias de todos aquellos que disfrutaron con la saga, especialmente con la entrega original.

Así que, como ya dije en la entrada conjunta que le hice a los dos primeros juegos, es hora de ponerse al día, saldar deudas y hablaros de lo que ha significado para mí, él último trabajo de Suda, que por supuesto es no solo el cierre de la saga en mucho tiempo (Dicho por el creador incluso) sino que además se siente como su zenit tanto a nivel mecánico como narrativo, por lo que aunque intentaré que la mención a Spoilers sea todo lo menor posible, si no habéis disfrutado de todo el trabajo anterior, probablemente no solo perdáis muchísimos matices a lo largo de este texto, si no a lo largo de todo el juego cuando os pongáis con él (Hay gente muy loca, que empieza las sagas por los últimos juegos, pero que se yo) Por lo que avisadxs estáis.

¿Preparados para escalar puestos una vez más y convertiros en el número uno del ranking? ¡Porque yo sí!

Tras un exilio autoimpuesto, Travis Touchdown disfruta de una relativa tranquilidad, jugando a videojuegos en el motel, ahora convertido en su hogar. Cuando de repente una horda de alienígenas invade Santa Destroy, poniendo patas arribas la ciudad y modificándola en el proceso. Ni corto ni perezoso, nuestro héroe va a pararles los pies, cuando sin comerlo ni beberlo acaba eliminando a Mr Blackhole y entrando de cabeza en el ranking de superhéroes galácticos creado por el comandante de los alienígenas: Jess-Batipste VI o más conocido como FU, ahora líder también de Utopinia, al secuestrar a su CEO y todos sus trabajadores. Con toda la fuerza que ha podido reunir nuestro Otaku Asesino, volverá a embarcase en un larga cruzada para destruir a todos los extraterrestres, salvar el planeta y de paso intentar reconducir su relación con Sylvia, ahora su ex-mujer y madre de sus hijos. Lo primero a destacar aquí es que el humor y la meta-referencia vuelven a ser el plato principal de la experiencia, porque si bien es cierto que en ciertos momentos mantiene parte del tono serio, que vimos destilado en Desperate Struggle, no llega a las cotas de este, explorándose al final y por encima los temas que vimos allí pero peor ejecutados, combinados con toda la absurdez que tan bien teníamos presente en la primera entrega. Esto no es necesariamente malo, pero si bien buscáis algo más compacto y equilibrado en cuanto a trama se refiere toca tirar de obras como Killer is Dead, por no mencionar su imperiosa necesidad de que todo cuente a la hora de construir la trama.

Es decir que si no jugaste a Travis Strike Again (E hiciste bien porque ese juego es una M) probablemente haya muchas referencias o detalles que te pierdas y a que mi juicio, algunos de ellos se cargan elementos que en las entregas numeradas anteriores, estaban colocados por dar sabor a una historia que a veces, quería ser más que puro cachondeo. Por ejemplo todo lo relacionado con la muerte de Bishop, en el segundo juego, que es el germen de la trama, aquí pasa por alto, cuando nos enteramos que en el Spin-off hacen una especie de resurrección de este personaje, para traerlo de vuelta, a una tercera entrega, en la cual aparte de hacer el cafre hablando de cine, tiene incluso menos que aportar que en los juegos previos, tenemos cameos de personajes de otros juegos de Suda51 que ya aparecieron en el videojuego de 2019 y que aquí te los meten con calzador, para nuevamente aportar 0, siendo el caso más sangrante, Badman el co-protagonista de aquella obra, que tan pronto pone un pie en escena, es reducido a nada, tanto es así, que podría incluso generar sentimientos en nuestro antihéroe o en su hija, que es el secundario asociado a él, pero más allá de unas leves menciones, se queda en un quiero y no puedo, siendo triste cuando el propio No More Heroes III, bebe para mi gusto en exceso de esta entrega intermedia, pero en vez de aprovechar ni que sea un poco para explorar nuevos temas, utilizarlos de detonantes interesantes o ni que sea emplearlos bien, los saca a la palestra para sacarse cosas de la manga, que simplemente no me terminan de casar con el conjunto general, que ha sido la saga hasta ahora.

Y eso que la trama tiene buenas intenciones, ahora más allá de un simple dialogo con Travis antes de morir, muchos jefes tienen una pequeña presentación, junto con una exposición de sus motivos o intereses con FU, antes de lanzarse directamente a la contienda. Incluso cuando se sacan Plow-Twist absurdos de la manga para cambiar ciertos elementos o enfrentamientos, se sienten frescos porque te presentan a viejos adversarios en otro contexto, situaciones que te sacan una sonrisa, además incluso aprovechan para meterte referencias culturales fáciles de ver pero divertidas de seguir. Por lo que aunque pareciera que incluso existen jefes que no se diferencian tanto de otros aparecidos en entregas previas, el juego se esforzara por hacerte ver que te equivocas, metiéndote en un nuevo contexto, para el que simplemente no estabas preparado. Esto a su vez, permite que la trama siempre se sienta sorprendente, porque aunque no sea muy profunda, siempre va a tener algo, con lo que mantener tu interés, ya sea con un algún dialogo, alguna nueva situación absurda o determinado personaje que se revela ante el jugador. Lo bueno aquí es aunque sientes que lo que te va a aportar No More Heroes III, no es algo que no hayas visto ya en cientos de sitios, al menos tiene el suficiente gancho para mantenerte despierto, ante lo próximo que vendrá, que es algo que hacía el primer juego bastante bien, en los tiempos de la Wii, pese a ser tan particularmente vetusto incluso para su época.

Además ahora todo el juego desprende ese aura, de película o serie de superhéroes, hay muchísimas referencias a Los Vengadores, a Rocky e incluso a productos culturales antiguamente vilipendiados, cómo el manganime más de culto, el género Sentai, los videojuegos de 8 bits, junto con toda la iconografía que ya llevaba la serie a sus espaldas varios juegos atrás. Ahora cada enemigo a batir de la clasificación es presentado como si fuera un capitulo de una producción televisiva, con su opening, su ending, su intermedio y aunque pesa más en el diseño de gameplay que en la trama, todos están estructurados de la misma manera, pasando cada uno de ellos por los mismos elementos, desde el primero hasta el último, siendo la única excepción un capítulo especial, que hace más referencias al juego de 2008 que otra cosa y que nuevamente pone sobre la mesa, elementos que ayudan más a dibujar el supuesto pasado de nuestro protagonista, que por otro lado, pocas veces parece importar tanto al creativo detrás de la obra, cómo a sus propios fans.

Cambiando de tercio es hora de tocar tanto el diseño mecánico como el Gameplay de la obra en cuestión. Aquí volvemos a las bases de la franquicia, exceptuando para el primer jefe y el del capitulo especial, deberemos reunir fondos para pagarnos el acceso al combate clasificatorio, así como hacer una serie de enfrentamientos eliminatorios (Normalmente entre 3-4 por capitulo) Estamos ante una vez más ante un mundo semi-abierto con temática Sandbox, donde deberemos explorar diferentes distritos cada uno con sus actividades, desafíos, coleccionables a obtener y gente con la que hablar. Esta vez si esta mejor ejecutado que en el juego de séptima generación de Nintendo; la navegación ahora es cómoda, los diferentes tipos de combates y minijuegos están bien diferenciados, existe el viaje rápido, tanto el objetivo a seguir como el minimapa están tanto claros como disponibles en todo momento, los objetos secundarios a recoger no influyen en el progreso directo del juego e incluso tenemos diversas maneras de farmear rápidamente determinados recursos para ir haciendo a nuestro personaje más poderoso. En definitiva tenemos la experiencia a la que aspiraba el original en todo su esplendor y como debería haber sido ¿Entonces? ¿Qué puede salir mal? Simple, la respuesta es que aunque mejor trabajado, su mundo es interesante para los estándares que vimos en este tipo de juegos hará una década... El primer No More Heroes, era pasable en este campo, por salir en el momento que salió, con los recursos con los que salió y para la consola para la que salió, pero aquí la cosa deja mucho que desear, más cuando venimos de un punto donde hasta los Sandbox más flojitos ofrecen un mínimo de desarrollo de su mundo, tramas y elementos secundarios. Aquí todos los NPC tienen 0 desarrollo, las tareas a realizar solo son de cara a obtener recursos directos o abrir el siguiente punto de la historia y por supuesto si esperabais un mundo rico en matices, aquí ni lo vais a oler...

Por supuesto como ocurría con la segunda entrega, se pierde todo el buen pretexto con el que estaban justificados todos los minijuegos absurdos que te encontrabas, siendo aquí nuevamente una mera excusa, que eso sí, aunque divertidos, son menos variados que en sus predecesores. Demonios, si ni siquiera existen el gimnasio, ni la posibilidad de cambiar tu armamento, reduciéndose todo a una simple maquina ubicada en el laboratorio debajo de tu casa, donde echas la segunda moneda del juego (Los WESN) para obtener mejoras directas  u accesorios para Travis, que todo sea dicho apenas mejoran substancialmente la jugabilidad del título, más allá de tener un poco más de batería para la Beam katana y un par de movimientos nuevos... Metiéndonos ahora en faena, las peleas se desarrollan como en entregas previas, nuestro Otaku Asesino, puede realizar golpes débiles y fuertes con la katana, esquivar, saltar, usar llaves de lucha libre, emplear algunas de las habilidades disponibles con el Death Glove, podremos ejecutar técnicas aprendidas, además de que en ciertos momentos podremos activar un modo especial que nos permite transformarnos con nuestra armadura de combate para realizar un ataque devastador o bien mejorar nuestras capacidades de combate según toque. Los rivales menores, esta vez son bastante escasos, pero sí son claramente diferentes entre sí, pasando desde los típicos masillas, hasta criaturas con escudos, espadachines, lanzadores de proyectiles, mini-bosses con armas a distancia o potentes capacidades marciales. etc. Esto hace que el combate sea una delicia, pues cada variedad de enemigo tiene su estrategia y el juego hace mucho énfasis, en mejorarlos o combinarlos entre sí, para presentar auténticos problemas al jugador. La desgracia radica en que, al tener un número tan bajo de adversarios, acaban repitiéndose en exceso, por la naturaleza jugable de la obra, por lo que más allá de verlos en diferentes variedades de color, con barras de vida mucho más altas, no tenemos mucho más donde rascar...

Incluso tenemos algunas fases de combate espacial, donde nos enfrentamos a auténticos monstruos, armadura de combate en mano, pero nuevamente su número es tan escaso y se repiten tantas veces las contiendas, que cuando peleas con la misma criatura tres veces seguidas, acaba perdiendo la gracia. Eso sí las batallas contra los jefes vuelven a brillar ofreciendo rivales diversos, cada uno con su propia seña de identidad, moveset característico, estrategia a seguir, localización a la par, llegado a un punto que hay algunos bosses concretos que plantean situaciones tan únicas, como meterte un juego de ritmo, un JRPG o adelantarte mecánicas que aparecen posteriormente en la obra. Esta ejecución es un soplo de aire fresco, dentro de un gameplay que lejos de ser malo acaba volviéndose monótono demasiado deprisa y que cómo pasaba en anteriores entrega, depende completamente de todo el espectáculo detrás de estos formidables enemigos. Al menos no comete el error de No More Heroes II de presentar jefes reciclados de anteriores entregas, siendo las viejas caras más una excusa o cameo, pero con nuevas mecánicas, que lo mismo que ya vimos en las obras previas, por lo que incluso a las muy malas, tenemos momentos que aunque con ciertas reminiscencias, mantienen el tipo bastante bien. Eso si, no podemos olvidar toca el punto de la dificultad, que esta vez, en cierta medida se siente bastante equilibrada, ofreciendo retos que con algo de habilidad y prestando atención se pueden superar, estando a medio camino entre el paseo que significaba la segunda entrega y la senda tortuosa que resultaba en muchas ocasiones la primera, consiguiendo una experiencia que solo, se ve estropeada en ciertos momentos, por un sistema de colisión y recuperación algo deficiente, que nos castiga en exceso, si no somos lo suficientemente rápidos a la hora de levantarnos del suelo o si realizamos una esquiva un poco más desafortunada.

Antes de pasar a las conclusiones, debo decir que técnicamente, cumple bastante bien el tipo, para ser de la franquicia que es, donde al final es lo artístico donde pesa más el conjunto. Sonoramente continua lo recogido en entregas previas sin mayores pretensiones, siendo en ese sentido Desperate Struggle es el mejor, al emplear mejores melodías y remixes más interesantes. Por lo que incluso aunque ahora este videojuego vaya a aparecer tanto en PS5, como en Series X, si esperáis un portento grafico aquí no lo vais a encontrar, aunque es algo que en principio se asume que el juego no busca...

 

Las 15 horas que he jugado a No More Heroes III, me han maravillado, sin duda es una gran secuela y buen videojuego, sin embargo, su legado le pesa en exceso, tanto para bien, como para mal. Sin las dos primeras entregas superadas, jugar a esta tercera parte es inviable, por lo que aunque en cuanto a muchos elementos sea notablemente superior, si no tienes los deberes hechos, la calidad de la experiencia se resiente. Por otro lado, el testigo que tiene a sus espaldas, empieza a aplastar a la IP, que más que desarrollarse de nuevas maneras, explorar otros campos o probar nuevos elementos (Cosa que el original si hacia) Se siente más de lo mismo, cómo el original del 2008 pero hipervitaminado, cosa que a los fans, puede encantar, pero que a la larga le ha pasado factura a la saga más de lo que uno cabría de esperar, con una tibia recepción en su lanzamiento el año pasado para Nintendo Switch y con una previsión similar para cuando salga en sus competidoras, donde ni siquiera están disponibles los juegos previos, para obtener un contexto. Esto hace que recomendar abiertamente este videojuego sea harto complicado, pese a todas las virtudes que pueda tener consigo, porque una gran parte de su público potencial, tiene vetado el acceso, de una manera u de otra, por el intento de Grasshopper de contentar al fan promedio.

Sin embargo aquí, no es como en otras sagas cómo en Pokémon o Final Fantasy, donde aún puedes apearte al carro, aunque hace tiempo que no toques la franquicia, ni siquiera es como The Witcher 3, que aún necesitando parte del conocimiento previo, te hacían resúmenes, aquí o sabes a lo que vienes o probablemente estés fuera demasiado pronto y eso si quieres conseguir que más gente se interese por tu obra, es lo peor que puedes hacer. No lo he dicho, pero Suda51 no tiene planes de extender la franquicia en mucho más tiempo, queriéndola dejar en barbecho durante al menos una década hasta la supuesta cuarta entrega, de la cual por cierto ya tenemos indicios en este juego también, pero aun así, lo que podría ser una excelente oportunidad para irse poniendo al día con la saga, es una pobre excusa cuando ni siquiera pones los medios para ello, más, cuando esa supuesta secuela al ritmo que vamos, acabará siendo más de lo mismo que hemos tenido hasta ahora. Por lo que con todo, si te metes aquí bajo mi recomendación, que sea habiendo hecho los deberes, si no, tira por una experiencia más redonda o más compacta del mismo autor como puede ser Killer is Dead, porque si no, te espera mucho trabajo por hacer en la saga, cuando realmente solo este juego y la primera entrega, son las que realmente merecen la pena.

Por el contrario, si conoces la franquicia, si disfrutaste de los anteriores, junto con diversos videojuegos del estudio, probablemente te flipe este videojuego, pese a que en el fondo es más de lo mismo que ya hemos vivido con la franquicia y que en todo lo que significa mantener el estilo característico de la saga, una fuente de humor y un buen hack and slash, simple y llanamente lo borda. Este juego es un big is better con todas las letras, con todo lo bueno y con todo lo malo que eso puede conllevar, siendo más la perfecta secuela que todos quisimos que fuera No More Heroes II, que ese supuesto santo grial que cambiara la formula, o a la propia saga en sí. En definitiva una divertida, mejorada y disfrutable vuelta a los orígenes... Sin duda un gran regreso, pero una mejorable despedida, que no dejará indiferentes a quienes le den la oportunidad.