La percepción humana, es algo más de lo que uno pudiera pensar a simple vista. Se ve alterada por emociones, por situaciones y sobre todo por el tiempo, creando en el proceso capturas de la realidad, una personal e intransferible, que va poco a poco generando experiencias, pero sobre todo recuerdos. Es interesante profundizar en esto concreto, porque las vivencias que tenemos y vamos almacenando, realmente no son consistentes, si no, maleables, y es a través de acceder a ellas mediante el pensamiento, como poco a poco, estas van tomando diferentes matices, conforme una vez transcurre la vida. Pero no solo afecta a nuestra vida cotidiana en exclusiva, permea a todo lo que podamos imaginar, desde coches, películas hasta incluso pasando por nuestro ocio más querido: Los videojuegos. En estos donde el colocarse en el papel del avatar, suele ser lo habitual para compartir experiencias, es muy común que cientos, si no, miles de personas, de una manera u otra encuentren espacios seguros donde desarrollarse, labrándose sus propias historias relacionadas con el juego en cuestión.
Y sí, el momento lo sigue siendo todo a la hora de jugar, eso está claro. Pero al igual que existen mejores o peores situaciones para acercarse a determinados títulos, también existen momentos donde simplemente incluso aunque nos tiemble el pulso, debemos regresar atrás, a nuestros orígenes, para explorar determinados videojuegos, que una vez antaño fueron vitales para nosotros, no solo para desmitificarlos en algunos casos, quitando la puñetera nostalgia de por medio y viéndolos claramente como son, cara a cara, asimismo por el hecho de volver a tener la experiencia, aunque esa conexión, no sea la misma que tuvimos con ese producto, hará uno, dos, diez o treinta años. Porque aunque según algunos puretas, los videojuegos "no envejezcan" nuestra forma de ver tanto al mundo como a nuestro medio, jamás será igual, cuanto más tiempo pongamos de distancia a la hora de mirar atrás. Por lo que es imposible que el Spi de 27 años se emocione, le tiemble el pulso o incluso rompa a llorar de la misma manera que lo hacía él de los 17 años, que estaba en una situación vital muy distinta, con unos recursos a la par dispares.
Por eso el año pasado y sobre todo este, aparte de descubrir catalogo nuevo, estoy incidiendo muchísimo, en volver a explorar e intentar conectar con aquellas obras que supusieron un antes y un después para mi, ya sean de hace un par de años o de varias décadas. Experimentarlas cómo lo hice aquella primera vez, intentando esta vez con mi percepción quizás más clara, quizás diferente, entender lo que supusieron para otros, pero especialmente para mí, en aquel entonces, funcionando algunas veces mejor, funcionando algunas veces peor... Así que hoy, toca entrada sobre lo que significa para un servidor rejugar; por supuesto también tocaremos la vertiente del new game + y todo lo que eso conlleva, por supuesto bajo mi humilde opinión, sin ninguna intención de sentar catedra...
¿Preparados? ¡Hoy toca reempezar este idilio una vez más!