sábado, 16 de julio de 2022

El placer de rejugar


La percepción humana, es algo más de lo que uno pudiera pensar a simple vista. Se ve alterada por emociones, por situaciones y sobre todo por el tiempo, creando en el proceso capturas de la realidad, una personal e intransferible, que va poco a poco generando experiencias, pero sobre todo recuerdos. Es interesante profundizar en esto concreto, porque las vivencias que tenemos y vamos almacenando, realmente no son consistentes, si no, maleables, y es a través de acceder a ellas mediante el pensamiento, como poco a poco, estas van tomando diferentes matices, conforme una vez transcurre la vida. Pero no solo afecta a nuestra vida cotidiana en exclusiva, permea a todo lo que podamos imaginar, desde coches, películas hasta incluso pasando por nuestro ocio más querido: Los videojuegos. En estos donde el colocarse en el papel del avatar, suele ser lo habitual para compartir experiencias, es muy común que cientos, si no, miles de personas, de una manera u otra encuentren espacios seguros donde desarrollarse, labrándose sus propias historias relacionadas con el juego en cuestión.

Y sí, el momento lo sigue siendo todo a la hora de jugar, eso está claro. Pero al igual que existen mejores o peores situaciones para acercarse a determinados títulos, también existen momentos donde simplemente incluso aunque nos tiemble el pulso, debemos regresar atrás, a nuestros orígenes, para explorar determinados videojuegos, que una vez antaño fueron vitales para nosotros, no solo para desmitificarlos en algunos casos, quitando la puñetera nostalgia de por medio y viéndolos claramente como son, cara a cara, asimismo por el hecho de volver a tener la experiencia, aunque esa conexión, no sea la misma que tuvimos con ese producto, hará uno, dos, diez o treinta años. Porque aunque según algunos puretas, los videojuegos "no envejezcan" nuestra forma de ver tanto al mundo como a nuestro medio, jamás será igual, cuanto más tiempo pongamos de distancia a la hora de mirar atrás. Por lo que es imposible que el Spi de 27 años se emocione, le tiemble el pulso o incluso rompa a llorar de la misma manera que lo hacía él de los 17 años, que estaba en una situación vital muy distinta, con unos recursos a la par dispares.

Por eso el año pasado y sobre todo este, aparte de descubrir catalogo nuevo, estoy incidiendo muchísimo, en volver a explorar e intentar conectar con aquellas obras que supusieron un antes y un después para mi, ya sean de hace un par de años o de varias décadas. Experimentarlas cómo lo hice aquella primera vez, intentando esta vez con mi percepción quizás más clara, quizás diferente, entender lo que supusieron para otros, pero especialmente para mí, en aquel entonces, funcionando algunas veces mejor, funcionando algunas veces peor... Así que hoy, toca entrada sobre lo que significa para un servidor rejugar; por supuesto también tocaremos la vertiente del new game + y todo lo que eso conlleva, por supuesto bajo mi humilde opinión, sin ninguna intención de sentar catedra...

¿Preparados? ¡Hoy toca reempezar este idilio una vez más!


La industria a día de hoy, actúa fagocitando todo lo nuevo en pos de lo viejo, cualquier cosa que tenga un par de meses de edad es completamente descartada tanto por desarrolladores como por el público, a menos que sea uno de esos juegos en línea que se van actualizando constantemente. Ya lo he dicho más de una vez, la atención del ser humano es bastante limitada, por lo que si quieres conseguir que el jugador compre tu producto, tienes que ser el más deslumbrante, el más espectacular, dándole siempre a tus compradores algo con lo que mantener ocupada su mente, hasta que termine el proceso de producción, para poder venderlo, pasando luego a otra cosa y una vez más vuelta a empezar. Esta dinámica, ha ocasionado que muchísimos jugadores, no solo no expriman los juegos, sino que incluso los consuman como si fueran caramelos, siempre insaciables para devorar la que será la próxima chuchería favorita de los niños, en el peor de los casos, algunos no llegan a completar ciertos títulos, que quedan relegados en sus estanterías, para posteriormente ocupar las cestas de los GAME. En definitiva siempre se nos insta a consumir, pero nunca a visitar o reevisitar, porque incluso el sistema de trofeos o platinos, sirven más para mantenernos ocupados a la espera de lo próximo, que ha ayudarnos a exprimir mejor o de forma más satisfactoria el videojuego que tenemos entre manos (Por supuesto también hay honrosas excepciones) por eso es tan necesario el simple acto de volver a determinadas obras, cuando el tiempo y las ganas nos lo permitan...

No solo la vista, nuestra memoria, también es más limitada de lo que nosotros podríamos imaginar y junto con ella, nuestra capacidad de recordar también, por lo que llega un punto en la vida de un jugador o consumidor de audiovisuales avezado, que es imposible para él o ella, acordarse de todos los momentos vividos a través de estos medios, peor aún, exceptuando momentos puntuales incluso es difícil discernir claramente los sentimientos que generan otras situaciones menos impactantes, lo que provoca que nuestra mente por inercia asocie los mejores o peores sentimientos que nos generó dicho acercamiento y los convierta en nuestra visión la hora de pensar en dicho juego. Esto provoca el odio generalizado, para lo más negativo, o la nostalgia en lo más positivo, pues siempre que accedamos a dicho recuerdo lo haremos en los términos ya establecidos previamente, provocando una visión de túnel, de la que es difícil de escapar... Por eso necesitamos sentarnos a volver a descubrir determinadas obras, comprendiendo que la sintonía que tenemos ahora es la que es y lo que sentimos ahora, jamás será igual que lo que experimentamos por primera vez a la hora de empezar ese videojuego que tanto nos horrorizó o enamoró. Aunque para algunos suene mal en una primera instancia, nada más lejos de la realidad, pues si comprendemos que nuestra forma de ver las cosas no es igual que antes y lo que sintamos ahora, no tiene que ser precisamente igual, que por aquel entonces, podremos dejarnos embriagar por lo que el título en cuestión tiene que ofrecernos, aunque no vayamos ya vírgenes a la experiencia, dando cómo resultado nuevas sensaciones que nos hablaran tanto de nosotros, cómo de aquel videojuego que una vez disfrutamos o repudiamos.

Los que me seguís desde hace ya un tiempo, sabéis que disfrute muchísimo de TWEWY la vez que me dio por rejugarlo muchos años después, porque pese a que yo ya no soy un adolescente, enfrentarme directamente con el trabajo de Nomura de por aquel entonces, me dio la oportunidad de ver muchas de las cosas que me fascinaban, y en cierta parte me siguen fascinando a día de hoy. Mientras escribo estas líneas me encuentro rejugando el primer Mega Man Starforce, juego vilipendiado por mucho de los fanáticos acérrimos del bombardero azul, pero que sirvió de puerta de entrada a la franquicia de videojuegos, a muchos chavalines de 14-15 años, que por aquel entonces lo único con lo que relacionaban a ese personaje era con un anime que echaban por las mañanas, mientras se bebían un Cola-Cao, con el Bollicao. A día de hoy, mientras juego la edición Pegasus, no siento lo mismo, ni conecto tanto con los personajes como lo hice la friolera de 12 años, pero una parte de mi entiende porque ese juego se convirtió en uno de mis imprescindibles tanto de su género, cómo del catalogo de la portátil de Nintendo. Pero no todo es paz y amor, y al igual que hay obras, que por méritos propios siguen calando en la memoria por buenos motivos, incluso tiempo mediante, enfrentarse a videojuegos que supusieron cosas para nosotros y verlos con una perspectiva más adulta, serena y trabajada nos permiten verles mejor las costuras, darnos cuenta, de que si las jugábamos, eran por motivos más cercanos a matar el tiempo, que a un disfrute real. Este año por ejemplo me paso con el primer Rayman, volviendo al Mickey Wild Adventure o intentando sentarme a jugar a cosas cómo la primera generación de Pokémon. Porque nos guste o no, la nostalgia a veces duele y cuando lo hace, el poso que deja es mucho peor de lo que uno esperaría...

Pero aun con todo lo necesitamos más de lo que podríamos llegar a imaginar. No solo volver a lugares conocidos después de un tiempo, nos permite estar más a gusto, liberar estrés o incluso afianzar nuestros conocimientos sobre el juego per se, también nos permiten conocer de una forma más genuina aquello que consumimos. Antes hablé de que los videojuegos dicen quienes somos y en un parte es verdad, si bien no es algo inamovible, nuestras primeras experiencias con cualquier cosa son cruciales a la hora de dirigirnos a ella, en nuestros posteriores enfrentamientos, más cuando aún nos estamos formando como individuos, El que juguemos, cómo lo hagamos o cómo afrontemos determinadas decisiones con los mandos en las manos, determinará la raíz de ciertos cuestiones más adelante, conforme nuestra mente evolucione, permeando gran parte de la base, que al menos bajo mi punto de vista, como individuos es nuestra labor de mejorar, expandir e ir actualizando, puesto que si no, por mucho que el mundo se expanda, nosotros cada vez nos sentiremos más pequeños e insignificantes, que nuestra edad o bagaje no sea una excusa, pues siempre hay cosas para hacer o descubrir o si no, recordad cuando muchos éramos jóvenes y lo único con lo que soñábamos era con disfrutar de ese juego que aún no teníamos, ir a esa calle a la que no nos dejaban e incluso practicar cierto deporte que se nos resistía. No temáis volver a un lugar seguro, a un paraje conocido, pero que sea para coger aún más fuerzas y seguir adelante.


Volviendo al tema que nos atañe ¿Entonces? ¿Dónde queda el New Game + dentro de la ecuación? ¿Es buena idea regresar al producto audiovisual de forma seguida tras acabarlo? Personalmente no soy mucho de esta praxis, pero entiendo su punto, así que ya sabéis como dijo el dicho, vayamos por partes. Cómo ya mis lectores presupongo que saben, la nueva partida plus, tiene una finalidad muy concreta, más allá de simplemente empezar una obra, si no, dar más contenido o bien volver a explorar el mismo contenido desde otra perspectiva, una más centrada en la experiencia acumulada recientemente, un tipo de acercamiento que favorece más el exprimir y menos el asentar, pero que tiene sus seguidores, con un punto de vista igualmente de valido que el mío. Entiendo esta dinámica, pues enfrentarse a un videojuego que ya conoces te permite escudriñarlo de maneras nuevas, más, cuando acabas de terminar la partida de forma reciente, e incluso puedes llegar a obtener cosas que en un primer lugar no obtuviste, accedes incluso a sacar con mayor facilidad los ansiados trofeos antes mentados, pero... ¿Y que más beneficio te da aparte de eso? El zambullirte a una obra nuevamente tras acabarla te permite seguir en ella escudriñándola en eso estamos de acuerdo, pero exceptuando que te enfrentes a un mundo abierto, un juego procedural o una obra con decisiones ramificadas ¿Qué más obtienes, que no puedas obtener esperando un tiempo y luego volviendo? ¿Más allá de doblegar el videojuego que hay? ¿Y del beneficio directo in-game?

Mirad, respeto a quien le gusta quemar los juegos hasta la saciedad, a aquellos que no les dan carpetazo hasta obtener el 100% o a los llamados "caza-platinos" Pero para mí, el terminar un juego tiene su ritual, al menos, si ha tenido cierta importancia o me ha despertado algún interés, más allá de postearlo por aquí y por allá, me tomó mi tiempo para reflexionar sobre la obra, pienso en lo que me ha transmitido, lo que quería transmitir incluso en la manera en la que lo ha hecho o al menos lo ha intentado, una vez hecho, ese videojuego se va al baúl de los recuerdos a macerarse hasta el momento de que yo esté listo para darle un nuevo try, con otra intencionalidad y perspectiva, además de nuevas ganas. Esto implica que a menos que el contenido del videojuego me diga algo, haré lo que yo crea necesario para completar la experiencia que yo asumo que es el producto final, ni más, ni menos, eso implica que por mucho que me guste Ys Seven, narrativa y mecánicamente, si para obtener el máximo requiere grindear, hacer misiones de recadero o farmear determinado equipo legendario, ni lo hice en su momento, ni lo haría ahora, si lo empezará de nuevo, quizás probaría a enfrentarlo a una dificultad más alta, pero eso ya es juicio personal. Por lo que volviendo al mismo ejemplo si Elden Ring tiene New Game + Pero no me ofrece nada que no me ofrezca en su partida estándar, creando otro personaje distinto para disfrutarlo de otra manera ¿Qué necesidad tengo de rejugarlo inmediatamente o en ese modo concreto de juego? Más allá de los trofeos claramente... (Espero algún día decir que me he pasado lo nuevo de Miyazaki, pero por ahora, este ejemplo es algo hipotético)

El único caso con el que diría que he roto esa regla ha sido con Three Houses y aún así, me di espacio entre partida y partida, para que no se me hiciese pesado, porque siéndoos franco, la única manera de entender la totalidad de la trama es pasándoselo las cuatro veces necesarias, pero meterse 270 horas en el cuerpo seguidas para lograrlo, no es algo que le recomiendo ni a mi peor enemigo... Por lo que aunque siga guardando un grato recuerdo de la ultima IP principal de Inteligent Systems, sería difícil que ahora me pusiera en la titánica tarea de repetirlo todo, porque como sabéis cada juego es un mundo y no es que el Fire Emblem más reciente, sea corto precisamente... Con todo esto lo que quiero decir es que prefiero enfrentarme a cada juego a mi ritmo, ya sea para una primera vez o una posterior visita, donde la "experiencia" se adapte a lo que yo quiero sacar del producto y no al revés, donde sea yo el que decidida cuando es el momento de dejarlo o volver, pero sobre todo, tenga la oportunidad de hacer mío ese viaje y con él la satisfacción generada a través del camino, porque solo entonces voy a tener ganas de volver, por muchos años que pasen entre la primera vez que lo juegue y la segunda que está por venir. Porque yo podría haber dejado la aventura de Byleth en la primera ruta, pero la terminé hasta el final, además de que con todo, a veces tengo ganas de simplemente encender la Switch y dejarme llevar por el monasterio, cómo si nada hubiera pasado... Y sí, aún sigo pensando en Deus Ex...

Con todo, vuelvo a repetirlo, respeto a aquellxs que prefieren escudriñar, los videojuegos hasta sus últimos estertores, aquellos con la paciencia y las ganas para pasarse Dark souls, tres veces seguidas encadenado partidas, para poder cerrarlo (según ellos) como dios manda, a los que prefieren empezar partidas plus, en juegos más cinemáticos, solo para obtener un ítem concreto que se les escapo e incluso a aquellos que en la época en la que yo era niño, se la pasaban horas y horas, jugando a determinados juegos de pelea, extrayendo hasta la última gota o repetían la historia tras acabarla, porque simplemente les molaba el seguir jugando y ya está. Yo fui de estos últimos una vez, hasta que al final crecí, me cansé de los bucles infinitos, las secundarias insulsas y del poco respeto que le tienen los desarrolladores al jugador y de todos esos flipados que lo único que hacen es comparar el precio de un juego con las horas que tiene... Para pasar a ser de aquellos que prefieren sentarse disfrutar de la experiencia, meditarla un poco y volver al tiempo si de verdad le fascinó. Que radica que al final de día, tenga cero problemas, cero tiempo malgastado, además de aun más cosas interesantes que sentarme a descubrir.


Tengo que admitirlo, llevaba unos años prácticamente sin tocar nada que ya me hubiera pasado una vez, si bien es cierto que siendo algo más joven y adolescente si he llegado a catar algún que otro título que me fascina, conforme iba creciendo, mi interés por jugar a determinadas cosas ya superadas iba decreciendo, hasta tal punto de que si no jugaba a nada que no supusiera alguna novedad para un servidor, no cataba nada. Por suerte el tiempo y la puñetera morriña han ido consiguiendo poco a poco bajar mis defensas y cada día que me siento a rejugar determinadas obras, más completo me siento, además de aliviado, pues al igual que se acumula el backlog de juegos pendientes, también se acumula ese pequeña lista que una vocecita nos impulsa a jugar al menos una vez más, obras que cada vez que me doy cuenta, aunque de forma lenta, crecen exponencialmente, gracias a mi imperiosa necesidad de probar a la par que descubrir determinados títulos, para luego valga la ironía redescubrirlos posteriormente, para seguramente en el futuro, querer catarlos una vez más, pero seguro que no estoy diciendo nada nuevo, que otros jugadores, no sientan ya...

Porque el simple placer de sentarte, encender el juego y volver a ese pequeño espacio que durante un tiempo fue nuestra casa, es toda una celebración. Porque aunque aparentemente todo sea igual, para nosotros no lo es, el hecho de estar allí, de volver a emocionarnos, de redescubrir algo que se nos escapo o incluso del simple hecho de estar por estar para disfrutar una vez más de la experiencia es todo un gozo, un extasis del que poder disfrutar, al que tenemos derecho a volver cierto tiempo y que cada uno ejecuta a su manera. Unos volviendo a ese viejo Souls que nadie recuerda, otros internándose en los abismos más oscuros de la GBA, otros simplemente haciendo más llevadero el camino, a la par que despiertan memorias altamente personales, incluso otros como yo, que lo único que quieren es conectar con su yo más joven, pero igual de vivo que antes, solo que dormido... Sea como fuere, el acto de rejugar y el placer que conlleva es algo que deberíamos practicar y valorar muchísimo más, pues gracias a lo que tenemos detrás, en parte somos lo que somos ahora, y sin duda, no seriamos la mitad de jugadores, si no hubiera una historia particular detrás de cada experiencia, tanto buena como mala...

Mientras escribo estas líneas, me apetece rejugar tantos juegos como: Oblivion, Pokemon Oro, Vanquish, Metal Gear Rising, Bloodborne, Dark Souls, Final Fantasy Tactics, Ys VI, Cadilacs and Dinosaurs, Super Mario Land 2 y un largo etcétera que se me viene a la mente. Juegos que sin duda ya fuera recientemente o hace unos años, cuando llegaron a mí vida supusieron mucho para mi, juegos que si no a día de ayer no hubiese jugado, quizás no sería el mismo que soy hoy, pero sobre todo, una ristra de título tan dispar, que me ha hecho enamorarme de los videojuegos en muchísimas vertientes y de los que en parte, les debo todo, pues sin su semilla, ahora quizás ni siquiera estaría aquí intentándoos transmitir torpemente toda esta ristra de sentimientos que nacen de los recuerdos combinados con la mera improvisación. Porque no se si serán los mejores para todos, no sé si serán los más aptos, pero si son especiales para mí, y con eso me basta para querer perderme en ellos, ni que sea una vez más...

¿Y vosotros? ¿Qué tenéis pendiente rejugar?

6 comentarios:

  1. Estoy muy de acuerdo con lo que has expuesto porque yo también he sido y sigo en parte siendo alguien a quien le gusta volver a jugar mucho de lo que un día disfrutó. De hecho, siempre consideré esto como un baremo a la hora de medir mi grado de satisfacción, es decir, a más veces que rejugase un juego, mejor para mí había sido, pero hace tiempo que descarté esa idea porque, como bien dices y comparto, las personas cambiamos y no siempre siente uno el mismo afecto y/o emoción ante algo. Y prueba de ello en mi caso son la gran cantidad de juegos y sagas que han dejado de atraerme con el tiempo...

    Ahora estoy viviendo un momento extraño, insólito en lo que ha sido mi devenir como usuario, dado que como sabes no solo he abrazado formas de consumo que antaño casi odiaba sino que me encuentro en una tesitura un tanto atípica. Para decirlo de una manera resumida, juego poco y casi no acabo nada, en parte por lo sencillo que resulta acceder al contenido, en parte porque apenas hay cosas que despierten en mí el suficiente interés. Pero sigo ahí porque, aunque solo sea por estadística, antes o después tiene que aparecer algo que me enganche, que disfrute plenamente como lo he hecho en el pasado.

    Y en cuanto a lo que mencionas del modo "partida plus", en mi caso ha dependido del juego pero con el tiempo me cuesta cada vez más ponerme de inmediato a rejugar algo. Pero bueno, no deja de ser una opción más que podemos o no utilizar sin que por ello nuestra experiencia personal se vea modificada de algún modo.

    Como siempre, un muy buen artículo Spiegel. Saludos. Ah, y gracias por el enlace aunque, al hilo de lo dicho, en este caso debo decir que mi visión actual no ya solo sobre ese juego sino sobre lo retro en general también está cambiando pero de eso quizá hable en un futuro en el blog.

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    1. Buenas Emilio :D

      Cómo tu bien sabes, yo siempre he sido de aquellos que jugaba más hacia adelante, vislumbrando lo nuevo, más que lo viejo o a lo que revisitar, por lo que después de estar un tiempo probando a hacer lo que tu solías hacer, me he dado cuenta, de que también me gusta rejugar, aunque no en tan exceso, como tú hará un tiempo. Eso sí, además considero de que rejugar constantemente a lo mismo le resta también valor, un planteamiento muy interesante, que también ha surgido a raíz de este comentario. Respecto al afecto o emoción que sientes, es un tema que hemos comentado en muchas ocasiones, así no tengo mucho más que añadir...

      Sí estas nuevas formas de consumo te dan problemas, siempre puedes buscar otras maneras de afrontarlas, quizás centrándote en lo que te mole, quizás yendo poco a poco, eso ya depende de ti, pero si sigues un modelo que no se adapte a tu situación personal, estará complicado, en ese aspecto te entiendo, pues yo he vivido situaciones similares con cosas como el Game Pass, por lo que es algo que está en tu mano ver como adaptar, más no te puedo decir... Porque unas veces se gana y otras se pierde...

      Y en cuanto a los New Game plus, ya te digo, yo personalmente lo intenté con algunos, pero exceptuando que me guste muchísimo el videojuego, los acabó cerrando una vez los acabe, porque necesito mi tiempo para reposarlo todo y siento que no me va a aportar lo mismo que lo que haría rejugar tras un tiempo, pero lo dicho, es una herramienta más, así que cada cual es libre de emplearla como guste.

      Muchas gracias por tus apreciaciones Emilio, sin problema por lo del enlace, ha sido para mi un placer compartirlo y de nuevo un saludo ^^

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  2. "Porque aunque según algunos puretas, los videojuegos "no envejezcan"" deja de llamarme viejo que solo te saco 6 años.

    En cuanto a lo expuesto a lo largo del post, debo reconocer que a mí me cuesta bastante rejugar cosas que me pasé hace tiempo, en cambio, soy muy dado a rejugarlas nada más las termino, especialmente si el juego me ha gustado mucho y quiero sacarle todo el jugo posible, ya no por tener el 100%, sino por alargar la experiencia y empaparme de todo lo que ofrece.

    El problema que tengo con esto es que, en muchas ocasiones, se me queda todo tan grabado, que cuando lo retomo al cabo de los años sigo acordándome de la gran mayoría de cosas. Algo así me pasó recientemente al rejugar NieR en su versión Replicant. Es por ello que, por norma general, cosas que he jugado hace tiempo, y especialmente si son muy largas, no las vuelvo a tocar.

    Pendientes de rejugar ya te digo que tengo muchas cosas, y algunas realmente me apetecen bastante como por ejemplo Final Fantasy IX, Drakengard, Castlevania Curse of Darkness... el problema es que suelen ser cosas de tan ampliar duración, que nunca encuentro el momento de ponerme por más ganas que tenga.

    En definitiva, Spigol, bonita reflexión. Besis de fresi y choque de tulas.

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    1. Buenas Suso :D

      ¿Te parece poco tener 35? Entre eso y tus pensamientos, realmente deberías tener más xDDD

      La verdad es que en pocas ocasiones he sido de los que se hacen un juego tras pasárselo, por lo que ya he expuesto por aquí, realmente se me hace muy bola, pero puedo entender por otro lado que haya gente como a ti, que le mole, más que nada, porque es una muy buena manera de afianzar tus sentimientos por el videojuego.

      De ahí y lo enlazo con lo siguiente que mencionas, es muy compresible, que se te quede todo tan grabado a fuego, si te pasas muchas más horas en el juego dándole caña, sacándolo todo y de paso rejugandolo de 0 si se puede. Siendo larga normal también, si ya hay veces que un juego largo se hace pesado, imagina, sacándolo todo, con tanto ya en la mente, es comprensible que no quieras volver en un tiempo, no vuelvo ni yo a juegos que me pase una vez como el RDR2 o el The Witcher 3 pese a que me fliparon precisamente por lo largos que son...

      Ya eso depende de ti, ya te digo que de todos los ejemplos que pones el Curse of Darkness es de los más cortitos (Otro que yo también tengo pendiente de rejugar en modo más alto de dificultad) Por lo demás lo dicho, seguro que hay algún momento en que te da el gusanillo y les metes candela ni que sea, aunque tardes, lo importante es que sea cuando de verdad quieras y puedas.

      Por lo demás muchas gracias por pasarte, gracias por tus apreciaciones un besito a ti también y un choque de tulas ^^

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  3. ¡Mis enhorabuenas por tan elocuente e interesante entrada amigo Spi y por invitarnos a reflexionar como muy pocos saben hacerlo! Creo que coincido prácticamente con todo los que expones y pienso que tenemos una forma de pensar muy parecida en lo que a rejugar videojuegos se refiere. En mi caso, exceptuando mis 2-3 últimos años de descubrimiento y de consumo voraz de nuevos títulos (Algo que tampoco me ha impedido rejugar algunas obras), siempre he sido una persona a la que le ha gustado rejugar, especialmente regresando a aquellos videojuegos que más me han marcado. Como bien dices, nuestro yo de ahora no es el mismo que el de hace unos años, y ese nuevo enfoque que nos ofrece el paso del tiempo es el que nos permite no solo volver a disfrutar de determinados títulos sino también tener otros enfoques de la obra y explorar otras aristas que podríamos haber pasado por alto durante nuestra primera partida y que, como norma general, suelen ser en mí caso más positivas que negativas (Hasta que juego al Jak and Daxter o al YuYu XD). Yo como ejemplo de esto siempre suelo poner los juegos de la saga Final Fantasy, en especial Final Fantasy IX, los cuales cada vez que rejuego me enseñan y aportan algo nuevo que no había tenido en cuenta en partidas anteriores. Como bien sabes ahora mismo estoy en pleno “auge” de “rejuegación” con títulos como The Last Remnant y Bloodborne que estoy disfrutando igual e incluso más que el primer día.

    Sobre lo que comentas del “Nuevo Juego +” o las nuevas partidas justo tras acabar una también estoy bastante de acuerdo con tu línea de pensamiento. Salvando alguna honrosa excepción (Elden Ring), no suelo hacer uso de estas modalidades de juego. Prefiero, como comentas, dejar reposar el juego y volver a él pasado un tiempo y con el apetito renovado.

    Y poco más que añadir. Tremenda entrada como siempre Spi y darte las gracias por ofrecernos contenido de calidad que invita a la reflexión y al debate sano. Que la luz de la tula guíe tus pasos.

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    1. ¡Buenas Arald!

      Me alegra de que estemos tan de acuerdo en todo lo expuesto. Yo como ya he comentado soy más de volver a las obras cada cierto tiempo para disfrutarlas con ganas renovadas y así como un nuevo prisma, la verdad es que al contrario que tú ya he estado mucho sin rejugar y ahora es cuando lo estoy haciendo y más me está molando, así que es algo que tenemos que seguir haciendo, porque como mencionas es volver cada vez y encontrar más y más detalles, cosa que no hace si no por fascinarme más.

      Respecto a ciertas obras que puedes disfrutar más o menos, al final es como todo y siempre va a haber cosas que en su momento nos fascinaron y ahora nos horrorizan o viceversa, pero como ya sabes, eso ya lo hablé en otra entrada. Por ultimo me alegra verte en tu cruzada de rejugadas y me alegro que este disfrutando Bloodborne, como sabes, yo también tengo que darle mucha caña de nuevo, a ver si la PS4 se presta, si no, va haber que pillarlo otra vez en físico xD

      Eso sí, como se nota que te flipo Elden Ring, porque yo no sería capaz de meterle otras decenas de horas seguidas a un juego de esa índole si no me gustara muchísimo.

      Lo dicho, gracias por pasar, por tus apreciaciones, de nuevo un saludo y que la luz de la tula también guie tus pasos.

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