Tras la ola de desesperanza y vinagrismo que caracterizó mi ultima reflexión por estos lares, he estado muy dudoso sobre qué demonios escribir en un próximo articulo. Tras pasar ese momento bajo, del que es evidente que aún sigo manteniendo ciertas cosas, he tomado distancia, también me he tomado mi tiempo para reflexionar sobre ciertas cosas, no solo en cuanto a la prosa se refiere, si no algo más intrínseco, más básico, pero fundamental a fin de cuentas y es... ¿Por qué me gustan tanto los videojuegos? ¿Por qué estoy interesado en transmitir mis emociones, mis sentimientos acerca de ellos en el formato que proceda? ¿Por qué yo y tantos le dedicamos gran parte de nuestros pensamientos pese a ser una simple afición? Pero sobre todo ¿Por qué algunos con tanta efusividad, a capa y espada, lo dan todo por algo que a simple vista muchas veces tiene poco que ofrecer a aquellos que lo dan todo?
Con todas ideas en mente y más, en vez de tirar por algo más sesudo, he decidido ordenar mis ideas a través de este articulo, en parte como excusa para redimirme un poco, mientras intento transmitir mi ahora renovada forma de mirar al medio que paradójicamente lleva conmigo más de 20 años, pero con el que sigo al pie del cañón como el primer día, pese a que poco a poco, en ciertos aspectos va generando muchos elementos que dejan bastante que desear. También quiero agradecérselo a Andrei (Closto) ya que aunque fue a través de una conversación telefónica del mismo tema, fue responsable de despertar en mi la semillita que me ha permitido ponerme a darle las suficientes vueltas al asunto, para dedicarle todo un texto completo, aunque por supuesto su forma de acercarse al tema, sea bastante opuesta a la mía.
Por lo demás no queda mucho más que añadir, exceptuando que aunque intente buscar ciertos porqués a determinadas cuestiones, estamos ante una reflexión enteramente personal, donde se que muchxs podrán variar en acercamiento o percepción, pero también es lo que tiene tocar un tema como este.
Sin más dilación ¡Arrancamos!