domingo, 21 de noviembre de 2021

Nueva vida, nueva jornada


Desde que empezará este proyecto en Agosto de 2017, este espacio ha sufrido toda clase de altibajos, hubo un época donde rascando la motivación de donde podía iba generando entradas para por lo menos intentar mantener este lugar con algo de contenido y no como un puerto a la deriva. Luego tuvimos una temporada de sequía que abarcó desde mediados del 18 hasta principios del 2020 y ya entonces fue a partir de ahí con la famosa entrada de mi regreso donde deje claras mis nuevas intenciones de hacer todo lo posible de disfrutar la escritura mientras intentaba todo sea dicho de hacer llegar este humilde rincón a toda la gente posible, llevando semana a semana, análisis, artículos, reflexiones y algún que otro podcast, a todos aquellos que se salieran de su zona de confort y le dieran una pequeña oportunidad a Greybox.

Sin embargo los tiempos cambian, el ritmo de vida también y lo que ayer se antojaba imposible, hoy puede ser toda una certeza. Porque si os soy sincero, aunque no es precisamente lo que esperaba como inicio, en este día, os anuncio que ya he completado mi primera semana como trabajador, concretamente con peón industrial, un tipo de profesión que no es para nada la que había esperado, ni para la que me había preparado, pero que por quizá suerte o desdicha, es la que ha acabado cayendo en mis manos y la que se va a encargar de engrosar mi curriculum durante, espero, una larga temporada, así que como ya dije en mi regreso triunfal, es momento de hablar un poco de como se me presenta el día a día y como esta nueva etapa de mi vida va a influir al desarrollo del contenido de este espacio, tanto para bien como para mal. 

Así que preparaos, por que, hoy toca ser directos sin parafernalias de por medio...

sábado, 13 de noviembre de 2021

Recordando (V): 11 Años de Singularity


El termino de joya oculta, suele ser muy relativo, porque engloba a todo tipo de obras que pasaron bajo el radar de muchos, pero que aún con ciertas ideas notables, son experimentales o incluso llegan a tener una calidad dudosa, por eso en su momento no todas consiguieron destacar y las que sí lo hicieron, no fue precisamente por sus puntos positivos. Sin embargo el tiempo pone a cada uno en su lugar y paralelamente son cada vez más personas, con afán de descubrir o hacer arqueología, las que dan con estos títulos que a día de hoy, siguen teniendo muchísimo que decir y creedme cuando os digo que pese a sus irregularidades la obra de Raven, auspiciada por Activision, es una de ellas.

No recuerdo exactamente si fue hace siete u ocho años cuando metí el disco de Singularity por primera vez en mi Xbox 360, por aquel entonces cedido por un conocido. Pero en esos instantes simplemente flipé, me encantó la idea, el concepto y la fusión de ideas que desplegaba el modo historia a nivel de diseño, pese a que el producto según sus desarrolladores no salió como debería. Y casi la decena de horas que duraba el producto se me pasaron volando, tanto, que la trama de Renko y compañía, pese a no ser ningún artificio a nivel de narrativa, se me quedaría grabado a fuego durante un periodo bastante largo, todo gracias a las mecánicas que acompasaban al título. Aun así, el reloj sigue corriendo y aunque a día de hoy, manejamos cada vez juegos de disparos más ambiciosos o potentes, muchos parten de unas raíces, que este modesto FPS supo llevar de manera muy acertada, pero que ahora tantos usuarios han olvidado.

Además 11 años han pasado desde que este juego llegase de forma discreta a nuestras estanterías, y entre poco y nada he visto celebrarlo, tan siquiera a los que llegaron tanto a conocer como a disfrutar de la obra, así que para paliar eso, también aprovechó para hacer un poco de retrospectiva del producto que hoy nos ocupa, a ver si sigue siendo tan vigente como el primer día o quizás el tiempo le ha pasado por encima cual apisonadora, convirtiéndose en una de esas historias que para bien o para mal, es mejor simplemente no desenterrar. Sensación que irónicamente que experimentan nuestros protagonistas con muchos de los horrores de esta aventura...

¿Estáis preparados para aventuraros en los confines de Rusia, concretamente en la isla de Katorga-12? Porque yo sí.

sábado, 6 de noviembre de 2021

Oda a los juegos cortos

El ser humano es ambicioso por naturaleza, aunque en muchas ocasiones la vida nos plantea tesituras en las que no tenemos más remedio que aceptar lo que se nos viene encima, es muy habitual también que una vez que hemos obtenido algo, avanzado gran parte del recorrido o directamente superado nuestros actuales límites, queramos incluso más. Esta sed de éxitos, se debe a que nunca valoramos lo suficiente el camino, lo que nos ha aportado o lo que hemos disfrutado durante toda la travesía; pero esto no solo se aplica a proyectos, también a cosas cotidianas e incluso aficiones o productos que consumimos y aquí, entran nuestros queridos videojuegos. En su época el hardware era el que era, por lo que la tecnología disponible para realizar determinadas obras, se antojaba escasa, dándonos productos que literalmente a base de esfuerzo necesitábamos eones para completarlos, cuando realmente estos bien ejecutados no superaban ni una o dos horas de duración real. Pero jugábamos y rejugábamos hasta la saciedad con tal de ocupar cada tarde, convirtiendo cada avance, cada buena resolución, en una pequeña victoria...

Ha pasado el tiempo, hemos evolucionado y con nosotros, toda la ejecución, presentación y empaque que envuelve a nuestro medio. Ahora es habitual que las superproducciones no solo cuenten historias, afloren temas o incluso empleen elementos propios de otros medios para contar sus mensajes, además tenemos títulos más centrados en ser grandilocuentes, espectaculares, pero sobre todo en durar si no decenas de horas, cientas, intentando atrapar al jugador en su mundo, siempre entreteniéndolo con miles de pequeñas tareas que hacer, que por supuesto, en muchos de los casos, poco tienen que aportar... Pero sí os soy sincero, ya le dedique hace tiempo un articulo a todo este género, así que no me voy a extender mucho más. Eso sí, al igual que tenemos obras cada vez más mastodónticas, el tiempo del jugador es menor y por supuesto las compañías nos siguen bombardeando con cada vez más juegos, cada vez más largos, que ni en una vida vamos a poder completar, que probablemente ni nuestros hijos lleguen a completar, pero de eso también hablé una vez y a expensas de hacer otro artículo, ahí se queda.

Paralelamente existen toda una nueva ola de videojuegos que con valores de producción aparte, ya sea de forma intencional o no, que forman su experiencia en base a un contenido algo más escueto, más centrado y en muchas ocasiones incluso más agradecido con el jugador... Y sí, hoy voy a dedicarles todo un articulo, porque mientras cada vez existe más gente que lo único que hace es pensar en cifras, ya sea por minutos o kilómetros, yo empiezo a pensar más tanto en mi persona, como el tiempo que pasó consumiendo este hobby, además de en que me aporta cada videojuego, cuando pasó tiempo con él. Por ello sin querer desprestigiar a todas esas obras largas bien medidas, que también nos hacen sonreír e ilusionarnos, nos centraremos en todos esos productos, que el jugador medio, quita valor por valer mucho pero durar poco o directamente son insuficientes de per se, por los números que manejan a sus espaldas. Por supuesto todo ilustrado con ese prisma tan impopular a la par que personal que me caracteriza, así que si alguien se horroriza, que no diga que no le he avisado, ya que hoy estoy algo menos formal que de costumbre.