lunes, 31 de octubre de 2022

Mis disculpas a Resident Evil 4


En la vida, se nos suele vender de diferentes maneras, que la primera impresión es crucial para relacionarse con el entorno, ya que esta nos da una idea de cómo funciona el mundo, de sí algo nos va a maravillar u horrorizar para luego actuar en consecuencia. Si algo nos choca tras verlo por primera vez, lo dejamos de lado, si esa persona que nos presentan no parece muy allá, damos carpetazo y listo, si ese juego que la gente nos vendió también luego no resulta ser muy allá, lo abandonamos, para luego fingir que no existe y si eso, ya lo jugaré, cuando realmente me apetezca (Es decir, nunca)

Guardo muchísimos buenos recuerdos del tercer Resident Evil, de sus calles, de sus puzles, de sus infectados, incluso de Nemesis. Es especial para mí, por el momento en el que lo viví y junto con quien lo viví. Aunque Resident Evil 5 no es muy allá, supuso muchas tardes en casa de un colega jugando al modo mercenarios con más amigos y aunque el primer Resident Evil, lo termine de forma más privada, aún guardo anécdotas de intentar pasárnoslo en una Nintendo DS del demonio, sin embargo de la cuarta entrega lo único que recuerdo es desidia. La primera vez que la afronte, fue a raíz de comentarios de compañeros de clase que lo habían catado, por lo que cuando le intenté dar se me hizo pesado porque no se parecía en nada a lo visto en otros juegos. Años después intenté darle otro try, pero ya había salido la quinta entrega, por lo que tras jugarla, la historia de León, se me antojo torpe y pesada, ni hablemos ya, cuando jugué Resident Evil Remake en mi Gamecube y volvieron viejas sensaciones...

Así que el tiempo transcurrió y mi vieja copia del juego para el cubo de Nintendo, seguía ahí esperando de una vez a ser catada, pero los malos recuerdos se agolpaban y siempre volvían en forma de frustración, al solo pensar lo que supondría el ponerse a los mandos una vez más. Sin embargo también había cierto gusanillo carcomiendo mi interior, porque no solo el remake se acercaba inexorablemente, sino que Andrei, me hablaba genial del juego y lo que estaba suponiendo para él, así como la historia de superación que había detrás. Así que ni corto ni perezoso, procedí a darle una oportunidad como dios manda, a intentar terminarlo de principio a fin ni que sea una vez en toda mi vida, por lo que está entrada es plasmar resultado de ello, si no os vale, con un resumen chorra de casi dos minutos...

¿Preparados para sumergiros en la España profunda?

sábado, 22 de octubre de 2022

¿Es tan malo? (VI): Back 4 Blood


Se suele decir, que las comparaciones duelen, que lo mejor a la hora de redactar análisis, hacer reviews audiovisuales e incluso en el día a día, es mejor tratar a las cosas como son, sin darles segundas vueltas ni ponerlas frente a otras, pues no tienen porque ser iguales, ni merecen los mismos apelativos, sin embargo, es muy difícil, en la mayoría de ámbitos, no decir algo, ni analizar algo, sin utilizar un referente como guía, es más, como ya dije una vez, es muy complicado no crear sin tener un modelo de algo establecido previamente que nos funcione como pilar base, al menos durante los primeros compases de desarrollo de la idea. Tanto es así, que tanto este espacio, como muchos otros no existirían sin la influencia de terceros, mucha de la industria del cine, no existiría sin capas y capas de directores, guionistas o trabajos que vinieron detrás, pero sobre todo muchísimos videojuegos no tendrían razón de ser, sin todos los que estuvieron antes y Back 4 Blood es uno de ellos.

Ya he dicho en innumerables ocasiones lo que Left 4 Dead, sobre todo su segunda entrega, significo para mí cuando era más joven, hasta el punto que le metí cerca de las 1000 horas en su versión de sobremesa. Pero no fui el único, centenares de personas sintieron lo mismo, enfrentándose a su versión de Steam o directamente con ambas, mi hermana por ejemplo es una de ellas. Y es más, aunque en lo técnico, se más, diría que es ella, quien de verdad domina el juego, le ha metido más horas que yo y acabó siendo clave en su posterior gusto por todos los juegos con temática FPS, militar o todo combinado. También es el caso de la propia Turtle Rock que vive a la sombra del titán que crearon, intentando una y otra vez, variar su formula, manteniendo la base, sin apenas éxito. Entre todas los intentos, han intentado acercarse de forma más pura a la formula, con un éxito moderado...

No os voy a engañar. Venía con las expectativas por los suelos, ya tuve un primer contacto con el juego nefasto, a finales del año pasado, aunque el nuevo título mantenía la esencia, con tal de contentar a unos cuantos metía tantas cosas que literalmente patinaba con la experiencia y solo era el primer acto de cuatro que quedaban por venir. Dropeé el juego, el tiempo paso inexorable, hasta que fue en un Carrefour tirado de precio donde mi hermana, adquirió el juego para su flamante PS5, así que ni corto, ni perezoso, tocó reinstalar el juego gracias al Game Pass para darle una segunda vida, viendo si de verdad merecía toda la ponzoña que le tiré en su momento o solo era producto de mi hype hiperdimensionado, hoy me toca transmitirlo por aquí, a ver cómo ha acabado el resultado.

¡¿Preparados para salir a explorar fuera de los confines de Fort Hope!?¡Porque yo sí!

domingo, 16 de octubre de 2022

¿Injustamente olvidados? (VIII): Iru!


Alerta: Debido a la naturaleza de Iru! así como sus referentes y la manera en que se encuentra diseñado, es imposible hablar de él sin caer en algún otro detalle que se podría descubrir llegando virgen a la experiencia. Si lees más allá de este punto, que no digas que no te he avisado...

La figura del referente, es muy importante en la creación de contenido, diría que hasta en los ámbitos más básicos de la vida. Sin un modelo es muy difícil conformar valores, encauzar determinadas acciones e incluso diría que desarrollar ciertos elementos de la persona en los primeros compases de cualquier tarea compleja. En el campo de la escritura, donde nacen y mueren miles de autores a diario, hay una figura que se destaca sobre todas las demás: H.P. Lovecraft. El autor estadounidense no solo fue un curioso exponente que logró tener algo de repercusión en su momento, sino que además conforme han ido pasando las décadas ahora es toda una eminencia, viéndose su legado en infinidad de títulos, películas o escritos. Fue maestro de otros grandes como Stephen King, influencia de gente tan respetada como Hidetaka Miyazaki e incluso a pie de calle si preguntas más de uno o una, le suena al menos su nombre.

Pero lo cierto es, que hace varios lustros las cosas no eran exactamente igual, especialmente en tierras niponas, donde aunque lo occidental cada vez tenía más cabida, no tenía una presencia tan directa, los referentes no estaban tan claros y por supuesto, utilizar determinados elementos tonales de forma tan clara, resultaba de todo menos eficiente. Tanto fue así, que aunque hubo cientos de historias que los emplearon, directamente no llegaban a nuestras tierras y cuando lo hacían tenían un capa de censura por encima. Esto consiguió que cada fueran más y más historias las que acabaran enterradas en los albores de la historia, por toda clase de motivos, que provocaban una mueca de horror en la mente de miles de editores, que tenían que dejar entrar todo tipo de productos, que quizás horrorizarían más a determinados sectores que a los consumidores en sí. Entre toda esa vorágine, está el videojuego que nos ocupa hoy.

Una de esas obras, que más que hecha por una empresa profesional del medio, parece hecho por unos fans empedernidos de la obra del famoso autor de Providence. Título que no esconde en ningún momento sus orígenes y que por supuesto está ligado al tiempo y al lugar donde fue concebido. El "Eso" Japonés o simplemente conocido como Iru! un videojuego que quizás, sin ciertos factores externos yo ni conocería y mucho menos os estaría trayendo aquí y del que pocos portales webs se han hecho ni siquiera eco, uno de esos productos, que por su naturaleza, sin la magia de internet, jamás hubiéramos podido atisbar... ¿Aunque merece la pena o no? Hoy lo descubriremos...