Desde que se lanzara en 2007, Assassin's Creed se ha convertido con sus más y con sus menos en un éxito sin precedentes, tanto es así, que este año se lanzara la duodécima entrega de la saga principal o vigésimo segunda si contamos los spin-offs.
Sin embargo olvidemos todo eso por un momento e imaginemos que estamos de nuevo en 2007, acaba de salir la primera entrega, entrega que sembraría las semillas que sucesores pulirian. ¿Ha sobrevivido al paso del tiempo? ¿Es un desastre como lo fue Shinobi 2002? ¿O tiene sus menos como Golden Sun pero es decente?
La historia cabalga entre Desmond Miles, prisionero de Abstergo y su antepasado Altair, prodigio de la hermandad de asesinos, caído en desgracia por su arrogancia y obligado a asesinar 9 objetivos para restaurar su rango y con el su honor. Lo interesante de aquí es que aunque el argumento parece muy básico, las sensaciones que consigue son otras... Cada objetivo requiere ser rastreado y si hacemos poco o ningún uso del GPS, esto se convierte en parte más de la trama e indica como trabajan los asesinos, como se estrecha el cerco entre cazador y presa. Siendo el asesinato sigiloso la vía más satisfactoria para lograr nuestro objetivo, además de con él, las respuestas. Es curioso porque nuestros enemigos, no solo pertenecen a diversos estamentos de la sociedad, si no también a diferentes bandos que pelean entre sí, cada uno con sus motivaciones y forma de ver la situación que no solo hará duda a nuestro protagonista si no a nosotros también.
Un loquero que secuestra gente y experimenta con ellos, pero para buscarles una cura, un general que confabula contra su señor porque sabe que la guerra destruirá la ciudad que se le ha encomendado si no lo hace, un erudito que destruye la cultura para evitar que la gente se contamine y propague el mal. Solo son tres ejemplos, pero dice mucho de una obra, que sigue tratando tan bien temas como la humildad, la religión o la política como hace 13 años y que muchos ni vimos venir... Junto con todos los cambios mecánicos que tienen estos progresos, ya que a medida que avanzamos no solo es la seguridad lo que se incrementa, los locos pueblan la ciudad, aparecen los delincuentes, la gente pobre campa a sus anchas...
Especial mención a los momentos con Desmond, que aunque anecdoticos, trasmiten bien el ser el ultimo mono, de algo mucho más grande y esa sensación de que somos prisioneros de fuerzas más poderosas, que podrían matarnos en cualquier momento.
Entonces si la historia parece funcionar... ¿Qué hace mal? Simple... Todo lo demás se queda a medias. El parkour no esta bien implementado y es un desastre, ciertas vías de escape e infiltración son rescatar ciudadanos que solo los hay de dos tipos, con un par de frases genéricas que repiten todos por igual, los coleccionables son abundantes pero sin ningún tipo de valor más que amasarlos para subir un poco nuestra salud máxima. La IA de los enemigos es parca y arbitraria en muchas ocasiones, hay bugs, sobre todo relacionados con escalar o ciertas misiones de hurto. Uff y el combate, el combate da para un aparte.
Si bien es cierto que el juego prima no entrar en refriegas y utilizar el silencio para acometer a nuestras victimas como pasaba en el primer Metal Gear Solid, los enfrentamientos se sienten toscos y mal medidos, suelen ser obligatorios para rescatar a inocentes, alternativa si fallan nuestros sutiles intentos de asesinato y en el final del juego es "obligatorio" para poder terminar a nuestras ultimas presas. En principio Altair dispone de cinco herramientas y todas se pueden usar para el combate, pero utilidad real solo tienen dos. Ya que los puños son inútiles contra enemigos armados, la hoja oculta solo sirve para rematar a alguien en el suelo, además de acciones de perfil bajo y por ultimo los cuchillos arrojadizos solo sirven para despachar enemigos muy alejados o algún rezagado que escape. Quedando la espada, arma contundente y equilibrada o la daga, veloz, pero muy ligera. También disponemos de diversas maniobras de pelea, pero nuevamente el contraataque o el uso de ataques rápidos son las mas eficientes. Ya que el primero muchas veces hace insta-kill o al menos entorpece al enemigo y el segundo acaba permitiendo dañar a nuestro enemigo a base de insistencia. Agarrar a veces ayuda si hay estructuras, pero fuera de eso no mucho más... Se echa de menos ataques que rompan la guardia, un sistema mejor medido de esquiva o más variedad de recursos en combate, pero eso lo pulirían sus sucesores.
Y si bien es cierto que rastrear a nuestras presas es interesante, se echa en falta que la información obtenida de más detalles personales de nuestro objetivo y no solo relacionados con la caza. Tampoco es recomendable hacer varios objetivos en sesiones largas, ya que al ser los métodos de obtención de información idénticos, se acaba haciendo repetitivo. Esto es levemente paliado con el rico trabajo de ambientación que tiene cada una de las localizaciones y sus correspondientes distritos que vamos visitando. Aunque el Reino, zona de transición entre ciudades, se sigue sintiendo carente de interés, 13 años después.
Assassin's Creed es una obra de luces y sombras, muchos la odiaron en su momento, tras probar la experiencia, no se volvieron a asomar al abismo que hoy es la franquicia nunca más, otros temerosos de lo que este juego es, no le dieron la oportunidad y se quedo ahí, pero para muchos entre los que me incluyo, es una rara avis, una suerte de obra experimental que daría el pistoletazo de salida a una de las sagas más queridas por Ubisoft y un recuerdo de cuando esta historia brillaba aún con luz propia y no era de lejos el desaguisado de cantidad antes que calidad que pretende ser a día de hoy. El periplo de Altair no es perfecto, en manos de cada uno quedara decir si es un completo desastre, un juego aceptable o una obra maestra, Pero para mí ha sido un viaje interesante, uno que me ha hecho comunicarme con un yo que veía los videojuegos de otra manera, incluso más que cuando revisite Golden Sun...
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