Injustamente olvidados (III): Los Shinobi de Game Gear

No soy fan de la saga Shinobi, al contrario que muchos, yo no tuve la oportunidad de crecer con consolas de SEGA, y cuando pude acércame a una de ellas fue de pasada. Sin embargo el destino es caprichoso, y hace un par de años, pude conocer la saga de primera mano, por una de sus más infames entregas, uno de esos juegos que no consigue hacerle justicia al producto original, pero sobre todo que se adapta torpemente a las tecnologías del momento. Aunque el mal sabor de boca persiste, cuando recuerdo aquella experiencia, el tiempo fue pasando y mi acercamiento a la saga de Joe Musashi continuaría, pasando por la entrega original, las ocurridas en Mega Drive, incluso, transitando por los Spin-off en Game Gear.

Y es, en los juegos de la portátil, donde realmente me encariñaría con esta serie de videojuegos. Porque mientras la rama principal exploraría el recorrido de nuestro famoso ninja y sus descendientes, mientras va evolucionando en el proceso (A excepción de las entregas de PS2, que actúan como Reboot) serían las diversas obras alternativas, las que nos pondrían a los mandos, de otros activos del ninjutsu, con sus propios objetivos y motivaciones, bebiendo de las aventuras en las consolas de sobremesa, pero sabiendo sazonar bien tanto las mecánicas como el diseño de niveles, dándole su propio toque a todo el conjunto, o en el caso de los más recientes aunando todo lo que una vez hizo grande a todo este conglomerado. En la entrada de hoy nos enfocaremos en las dos versiones que salieron de estos videojuegos para la portátil de SEGA; centrándonos en las aventuras de un grupo de ninjas, consagrados a detener el mal.

Como ocurrió en la popular entrada de Golden Axe, hoy nos enfocaremos en ambos videojuegos, ya que además de que salieran uno detrás del otro, comparten mundo, mecánicas, y el segundo, acaba siendo evolución natural de todo lo que intentaría el primero, sin desprestigiar el trabajo del original, que serviría de precedente, para hacer una obra sobresaliente, más centrada en transmitir a través del gameplay o todo el diseño que la rodea, que la trama en sí.

En ambas situaciones, nuevamente nos ponen al control de Joe Musashi, miembro de una fuerza de ninjas encargadas de purgar el mal. En sendas historias, él y sus compañeros son enviados por el maestro de su orden a investigar el área metropolitana de Neo City, asaltada por la corrupción, sin embargo en el proceso, nuestro héroe, pierde el contacto con sus aliados a los que ahora debe rescatar para incorporar a sus filas, para así eliminar la amenaza que se cierne sobre la apacible ciudad. En la segunda entrega, se añade que además deberemos recuperar los cristales elementales, robados por los secuaces del Ninja oscuro, villano principal en esta aventura y poderoso maestro del ninjutsu. Y poco más, porque como pasa en tantos juegos de la época y del género, más allá de la premisa hay poco más que rascar.

Pero aun así, si es interesante el toque Sentai, que se le da al juego, y como este influye en el acercamiento de las diferentes fases, viendo su cenit en la ultima interacción de la saga en la portátil. Una vez liberados, hay cinco ninjas disponibles, entre los que podemos alternar en cualquier momento, cada uno con su estilo de combate, su forma de desplazarse y su ataque especial único, esto hace que por ejemplo, el Shinobi amarillo, pueda moverse por el agua, el rosa pueda andar por el techo, o el azul utilice el gancho para alcanzar zonas en un principio inaccesibles, por lo que en función de quien utilicemos en cada momento, podemos llegar a momentos, en los que emplear a un compañero u otro, puede convertir una localización desde un paseo, hasta un autentico suplicio. También es interesante como en el primero cada uno de los lugares sirve como tutorial para ir probando a nuestros nuevos fichajes, ya que cada sitio, está más enfocado a un ninja u otro, teniendo como colofón la última fase, que nos pedirá exprimir desde la más exigente de las combinaciones de personajes, hasta nuestros poderes para salir airosos.

Pero sin duda, donde mejor vemos esto explotado, es en la secuela, donde rescatar a los demás, es en apariencia sencillo, pero obtener cada uno de los cristales, se hace todo un desafío, en el que deberemos combinar las habilidades de todos nuestros efectivos, escudriñando bien cada rincón, hasta dar con el ansiado objeto (siendo esto aún más explotado en fases como las del Shinobi Azul y Amarillo) e incentivando con esto, ese leve toque de exploración, que tanto popularizarían juegos como Metroid o Castlevania. Además al igual que en el anterior, también tenemos un ultimo nivel, solo disponible con todo los objetos y compañeros recuperados, que por supuesto nos obligara nuevamente a sacar lo mejor de nosotros para poder vérnosla de frente con el jefe final. Un enemigo que por cierto, utilizara capacidades similares a cada uno de los miembros de nuestro equipo, por lo que nos pondrá en más de un aprieto, hasta que demos con las combinaciones adecuadas para acabar con él.

Por supuesto más allá de los cristales, existen toda una serie de secretos desbloqueables, que nos permitirán aumentar nuestro rango de poderes, nos darán más salud o nos darán a conocer interesantes atajos, por si nos vemos obligados a repetir la fase, en el caso del segundo o queremos llegar antes al jefe de turno, para rescatar a alguno de nuestros compañeros, como es en el primero. Eso sí exceptuando los últimos bosses, ninguna de las dos obras, están especialmente inspiradas a la hora de mostrar a sus grandes enemigos a batir, siendo al final más molestos, todos los esbirros que pululan por los caminos.

Todo el juego, bebe en más de un sentido de la segunda entrega numérica de la saga y primera de la Mega Drive. Por lo que veremos que pese a la supuesta limitada capacidad de la portátil, tenemos una serie de juegos que se manejan muy bien, aún teniendo una cantidad de botones muy reducida, dejando más la variedad a disposición del personaje que controlemos y permitiendo disponer rápidamente de los poderes especiales, o de cualquier cambio de avatar, con acceder al menú de pausa y darle a un par de teclas. Pero su propia rama principal o las hazañas de los Powers Rangers, no parece ser la única referencia visible, en este conjunto de obras, la influencia del famoso bombardero azul de Capcom, también parece estar presente aquí.

A partir de la segunda entrega de Megaman, empezaron a hacerse habituales, tanto el sistema de selector de fases como la posibilidad de que nuestro protagonista obtuviera poderes de los robots a los que derrotaba, traducidos en oportunidades para afrontar viejos niveles de nuevas formas, así como de llaves, para aquellos que no se habían explorado. Esta fórmula se iría refinando posteriormente con cada entrega, hasta acabar convirtiéndose en una seña de identidad. Cambias los escenarios eminentemente fantásticos o tecnológicos, por entornos más urbanos, donde ambos elementos colisionan, metes a un grupo de alumnos de una escuela prometedora de ninjutsu, diferenciados por algo más que el simple color, a los que en primera instancia rescatar, para luego utilizar, todo contenido en un sistema de fases, que el jugador puede escoger a placer, y tenemos la mezcla perfecta. Si Inafune, fue uno de los padres de todo un género, Los juegos de Masahide Kobayashi, son sus alumnos más aventajados.

Y es gracioso, porque para aquel entonces, más allá de un tímido recopilatorio que se lanzo de las tres primeras entregas de Rockman, remasterizadas para la Genesis, los jóvenes que apostaron por las maquinas de SEGA, no tuvieron ningún referente cercano, exceptuando, estos pupilos a la par que homenajes, que por desgracia quedaron opacados, por las versiones posteriores que irían saliendo para la hermana mayor de la Game Gear, que aunque también con mucho de interés por contar, algunas al menos para mí, no conseguirían llegar a la altura, como si hicieron el equipo de cinco shinobis en sus dos videojuegos, en territorio portátil. Pero por desgracia como saben algunos más puestos, o que directamente si vivieron el momento, no es que precisamente esta consola, pese a su calidad, fuera de las más exitosas, más si tenemos en cuenta la trayectoria que tuvo, en comparación a su competidora directa, hecha por Nintendo.

Un juego que por otro lado, ha envejecido bastante bien para estar en un sistema de 8 bits, con paletas de colores muy vivas, con variedad de entornos, con unos gráficos que pese a sus limitaciones, se acercan más a la propia Mega Drive, que al hardware del que parte, todo orquestado con una banda sonora que sin llegar a ser espectacular, brinda una serie de temas, que funcionan muy bien como acompañamiento, destacándose un poco más eso sí, en los temas para los jefazos.

Aunque por lo visto, el primer juego de esta duología, si ha tenido port para Nintendo 3DS, con el devenir de los tiempos igualmente las interacciones de Musashi, para la enorme portátil de SEGA, han quedado relegadas a meras curiosidades o simples juegos menores. A obras que solo aquellos que tuvieron la oportunidad en su momento o bien escarban en el catalogo, conocen, pero sobre todo recuerdan con cariño. Es una lástima, porque estamos ante dos hitos (especialmente el segundo) muy notables, que no hacen más que asegurar la calidad a la par diversidad, que atesoraba la maquina, hasta en sus títulos supuestamente más "comunes".

Con una evolución más palpable, con un estilo reconocible, con una dificultad ajustada sin palidecer ni estremecerse, con un buen diseño de niveles digno de explotarse, pero sobre todo con un control cómodo y aprovechable. Estoy seguro que aquellos que busquen una experiencia similar a los primeros juegos del bombardero azul, sean fanes de las aventuras más conocidas de Joe, o directamente sean amantes de, los buenos plataformas clásicos con ciertos tintes de Metroidvania, podrán disfrutar de las grandes virtudes que tienen que ofrecer estos juegos. Grandes obras, que atestiguan que si se utilizan bien las referencias, se pueden hacer videojuegos, que sepan coger lo mejor de varias sagas y que por supuesto nada tienen que envidiarles a sus hermanos mayores en otras plataformas.

Por lo demás poco más que añadir que no haya hecho ya. Como siempre invitaros a darle una oportunidad, a dos juegos, que juntos os darán cerca de 6-7 horas de puro  entretenimiento plataformero, con ciertas reminiscencias muy bien empleadas, que aportaran un buen desafío, si se juegan como se concibieron, pero que ofrecerán algo más equilibrado mediante el uso de diferentes recursos como los Save-States. Y que a día de hoy, por supuesto merecen ser igual o más comentados incluso que otras entregas tanto anteriores como posteriores que salieron tanto de su propia saga, como de algunos juegos de Megaman. Y así aunque sea con un poquito aportar mi propio grano de arena, a estos dos grandes juegos dirigidos por Kobayashi, obras que consiguieron reconciliarme con una franquicia, que hasta entonces, solo me había dado disgustos...